La relajación 'mata' al Real Madrid en Atenas

Panathinaikos 85-Real Madrid 69





No fue una buena primera parte la realizada por el Real Madrid. Ivanovic tejió una tela de araña magnífica. Panathinaikos estuvo duro en defensa e intenso en ataque, cargando mucho la zona y haciendo daño a los blancos, primero con Batiste y después con un James Gist extraordinario. El primer acto blanco se saldó con el siguiente resumen: abuso desde la línea del triple y nulo juego colectivo. En ese mar de ‘dudas’, Llull con dos triples y Rivers con otro mantenían el tipo en los blancos que terminaron el primer acto solamente 4 abajo (19-15).

El ‘Chacho’ tomó el mando en los segundos 10 minutos pero al Real Madrid le siguió costando arrancar. Funcionó a ‘arreones’ como un coche con el motor ‘gripado’. Primero un parcial de 6-0 en contra, luego otro de 0-7 a favor y para cerrar el acto, nuevo ‘estirón’ griego. Slaughter cambió la defensa merengue por momentos pero en ataque, los de Laso seguían sin encontrar situaciones claras de tiro. Dos triples ‘marca de la casa’ de Rudy Fernández y un ‘Alley-opp’ Chacho-Marcus Slaughter fueron de lo poco ‘potable’ hasta el descanso. Pese a la mala primera parte, el Real Madrid llegaba ‘vivo’ al descanso (41-35).

Si durante casi toda la temporada, el tercer cuarto estaba siendo la tabla de ‘salvación’ del Madrid, hoy en el OAKA, sirvió para consumar el ahogamiento. Al Real Madrid le sobró la precipitación y le faltaron demasiadas ganas de ganar el partido. Panathinaikos lo puso todo sobre el parqué y el Madrid no quiso emplearse a fondo. En la conciencia de los jugadores pesaba demasiado el hecho de que ganando los dos encuentros de casa terminarán primeros. La relajación hizo mella y el Madrid se fue diluyendo como un ‘azucarillo’ en el café.

Tanto es así que que Laso reservó a Llull y Rudy en el último cuarto. Los blancos bordearon el ridículo en la segunda parte. Jugaron sin intensidad, sin rigor defensivo, sin colectividad en ataque y ‘Pana’ vivió como quiso hasta la bocina final. La única buena noticia del partido: la confirmación de que Jaycee Carroll está en un gran momento de forma. La derrota no es grave pero retrasa el objetivo de ser primero de grupo de manera matemática. Para ello, habrá que vencer, si o si, a Maccabi la próxima semana en el Palacio. Lo mejor, olvidar cuanto antes la noche ‘negra’ en el OAKA.