Tras acabar en el primer puesto de la Liga regular los de Laso tenían delante al Gran Canaria, un equipo más peligroso de lo que podía hacer pensar su clasificación liguera. No en vano, los canarios venían de ser subcampeones de la Eurocup, la segunda competición más importante a nivel continental. Un poco por eso y otro mucho por falta de tensión, el inicio del encuentro fue de todo menos satisfactorio para el conjunto madridista. Al Real Madrid le costaba un mundo anotar y en defensa no terminaba de encajar sus piezas. Tal era el desajuste del campeón de Europa que a los tres minutos de partido el resultado era de 0-12. Un tanteador que a la mitad de esos primeros 10 minutos era de 2-16.
Laso tuvo que pedir tiempo muerto y arengar a unos jugadores excesivamente relajados. Gran Canaria no era Olympiacos o Fenerbahçe, cierto, pero tenía sus armas para intentar incordiar a los blancos. Newley, Tavares o Salin eran algunas de las amenazas visitantes que estaban haciendo ‘pupa’. Parece que después de que el entrenador tuviera que ponerse serio el equipo reaccionó. Con Sergio Rodríguez mejoró la dirección y, poco a poco, la defensa se fue entonando. Así las cosas, el Madrid encadenó un parcial favorable a sus intereses que le llevó a terminar por delante el primer cuarto por 27-23.
La segunda unidad del Real Madrid, con el mencionado Sergio Rodríguez, Rivers o Nocioni, como ya sucediera en la Final Four, puso todo encima de la mesa. Los blancos empezaron a volar y a cortocircuitar los ataques visitantes forzando tiros malos y pérdidas de balón. Al descanso, y después de haber llegado a perder por 14 puntos, el Real Madrid se marchaba 12 puntos arriba (50-38 min.20).
Tras haber conseguido contrarrestar el buen arranque del equipo visitante, el Real Madrid entraba en el tercer cuarto, seguramente su favorito, con la idea de dejar el partido encarrilado. Si anteriormente habían sido los jugadores de la segunda unidad los que habían mantenido a flote al equipo blanco, en este tercer cuarto el mayor protagonismo lo adquirió Felipe Reyes. El capitán se ‘pegó’ con los pivots visitantes y logró sacarles puntos y faltas a su favor (64-46 min.27).
Como era de esperar, el Real Madrid había roto el partido de forma definitiva en el tercer periodo. Así las cosas, al último cuarto el equipo de Pablo Laso entraba con una diferencia a su favor que superaba los 20 tantos de renta (75-53 min.30). Por si esto fuera poco, jugadores como Rivers o Nocioni estaban especialmente finos desde la línea de tres puntos, acción que utilizaron en varias ocasiones al inicio del último periodo (85-56 min.32). El Madrid cerró el partido con una canasta final del joven Luka Doncic, que le sirvió al equipo de Laso para superar la barrera de los 100 puntos y, de paso, poner el 1-0 en este cruce de cuartos por la ACB. Este domingo, segundo asalto.
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