La selección española se enfrentaba a todo un muro con el cruce de semifinales ante Francia, arropada por 27.000 espectadores en Lille, récord absoluto de asistencia en un pabellón europeo. Los galos han sido la bestia negra de España en los últimos campeonatos, pero en esta ocasión Pau Gasol y Sergio Rodríguez forzaron una prórroga que ya nadie esperaba para tumbar a los anfitriones ante la atónita mirada de todo el pabellón.
El primer cuarto comenzó muy bien para España, con las primeras ventajas a favor, pero el rebote comenzó a castigar a la Selección, que vio cómo Francia le superaba una y otra vez cuando tocaba pelear por el balón. A pesar de eso, los hombres de Scariolo, con un Gasol descomunal, no llegaba a desengancharse del partido y dejaba incluso la desventaja en un solo punto (32-33) cuando se marchaban al descanso.
Sin embargo, en el tercer cuarto Francia se hizo aún más fuerte en el rebote y en defensa, pero lo peor es que cuando España se acercaba, siempre llegaban las faltas adecuadas o los triples sobre la bocina. Con esas el marcador reflejaba un 48-56 cuando arrancaba el último periodo. Con Sergio Rodríguez espectacular en la dirección, la Selección apretó los dientes, pero los fallos en los tiros se repetían una y otra vez.
Milagro final
Tanto es así que Francia llegó a alcanzar los diez de ventaja mediado el último cuarto. Sin embargo, y cuando ya casi nadie tenía fe, España consiguió un milagro remontando hasta empatar el partido e, incluso, tener una última oportunidad para llevarse el encuentro. La jugada no salió y el triple a la desesperada de los galos se fue muy lejos, por lo que el partido se decidiría en el tiempo extra.
Fue entonces cuando los árbitros jugaron su mejor baza con las faltas, pero ni con esas. Pau Gasol llegó hasta los 40 puntos y Sergio Rodríguez alcanzó los 15 para tumbar a Francia por 80-75. El domingo, a las siete de la tarde, España luchará por el título continental ante el ganador de la otra semifinal que disputan Lituania y Serbia.
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