La salida al partido del Real Madrid fue buena. Con los interiores dominando el encuentro, el equipo de Laso jugaba fluido en un ambiente que le era más que familiar, a la carrera, con posesiones cortas y ritmo alto. Ayon y Thompinks eran los dos estiletes de los blancos. El mexicano, como siempre, mostraba su pundonor y hambre, mientras que el americano tiraba de esos movimientos típicos suyos que a la media vuelta le hacen casi imparable (20-17 min.10).
Sin embargo, el segundo cuarto mostró una cara bastante diferente. Valencia sorprendió con un parcial de 0-8 de salida y tomó la delantera en el marcador (20.25 min.13). El Real Madrid se mostraba bastante desacertado desde la línea de tres puntos y eso hacía que los locales respiraran con más tranquilidad de la debida. De hecho, la primera canasta de tres puntos del cuadro de Laso no llegó hasta el minuto 15 de partido y fue obra de Doncic, el joven talento que ha irrumpido con fuerza en la nueva temporada (25-34). Por parte visitante, Dubljevic era el mejor de los suyos (37-45 min.20).
El paso por los vestuarios no cambió demasiado el panorama en relación a lo que se había visto a la finalización del segundo cuarto. El Madrid empezó con ganas, pero un par de ataques malos unidos a otros tantos buenos por parte de Valencia devolvían la iniciativa a los visitantes (46-56 min.25). A partir de aquí, y con esa renta de 10 puntos abajo, el equipo de Laso apretó sus clavijas en defensa y a base de coraje y corazón logró meterse en el partido reduciendo la diferencia de los visitantes y llegando a ponerse por delante en el marcador tras un 2 1 de Maciulis (59-58 min.29). La guinda al gran cuarto realizado por los de Laso la puso Sergio Rodríguez con un triple para darle a su equipo una renta de dos puntos a la entrada del último cuarto (62-60 min.30).
Después de la remontada (25-15 de parcial en tercer cuarto), la entada al último cuarto del Real Madrid no fue la mejor. Valencia volvía a apretar el acelerador atrás y en la parcela ofensiva era Dubljevic el que llevaba la voz cantante para los suyos (67-72 min.35).
Sin embargo, el equipo de Pablo Laso volvió a reaccionar cuando peor parecían pintar las cosas. Los blancos recuperaban intensidad atrás y recuperaban balones, dos circunstancias que favorecían las transiciones rápidas lideradas por Llull. Un mate de Ayon tras asistencia de Sergio Rodríguez devolvía de nuevo el mando del partido a los blancos (74-72 min. 37).
El final del partido se antojaba igualado por el devenir de los acontecimientos. Con dos abajo, Nocioni lanzó un triple que no entró y Valencia sí convirtió en sus dos posteriores ataques (76-82 min.39). El Madrid no dejó de luchar en ningún momento y, aunque el partido estaba imposible, murió como los campeones, dándolo todo (82-88). Eso sí, esto no ha hecho más que comenzar.
DEJA TU COMENTARIO