El Real Madrid tenía el gran objetivo de poner el 2-0 en el marcador global de la final de la Liga Endesa. El Valencia Basket, alentado por sus aficionados en el Palacio de los Deportes, buscaba evitar jugar en La Fonteta con la presión de caer y perder la Liga.
El Valencia planta cara (22-28, 1er cuarto)
Empezaron muy fuerte los de Pedro Martínez que desde el primer instante salieron intensos y con las ideas claras. El Real Madrid, y Laso consciente de ello, era una sangría en defensa. Los espacios eran evidentes en la zona ofensiva de los merengues y era algo que se tenía que cambiar para coger una dinámica positiva también en ataque.
San Emeterio hacía de las suyas desde el inicio y los tiros de tres se sucedían. Algo debía de cambiar y cambió con Llull liderando la reacción madridista. El partido tomaba un rumbo muy bonito y de espectáculo, el de Mahón, cargaba de su equipo y una diferencia para el Valencia que llegó a ser de (+9) se quedó en solo +4 en algunos momentos del partido.
El árbitro se cuela en la fiesta (41-43, 2ndo cuarto)
En el segundo cuarto el árbitro ‘empañaba’ el partidazo de baloncesto que se estaba viendo. García González pitaba decisiones controvertidas a medida que los blancos se acercaban en el marcador. Los tiros de tres del Valencia seguían, pero con menos ritmo que en el primer periodo, algo que sin duda hizo recortar diferencias a los de Pablo Laso.
Entre la polémica emergió la figura (inesperada) de Andrés Nocioni con 8 puntos para ser junto a Sergio Llull (11 puntos) el que le daba más vibraciones a un partido de alto voltaje por la presión que envolvía al aficionado blanco. El argentino, primero con un triple y posteriormente con un taponazo a Sato levantaba la ira del aficionado que veía como su equipo se iba al descanso con solo dos puntos de desventaja y con la sensación de poder elevar el 2-0 en el marcador, pese al arbitraje.
El increíble Llull aparece (64-61, 3er cuarto)
La duda de si el Valencia aguantaría con el mismo ritmo en la segunda mitad quedó disipada al ver un arranque similar a lo que hicieron en la primera parte. El Madrid llegó incluso a ponerse por delante, con Llull en cabeza, pero el cuadro naranja se resistía a caer sobre la lona y entregar media Liga al Madrid. Los blancos tenían que trabajárselo en los últimos minutos del partido.
Dicho y hecho, el Real Madrid a falta de 01:26, hizo estallar la locura en el Palacio. Llull y Felipe Reyes fueron los artífices demostrando el ADN blanco de nunca rendirse. Con esas y ante un peleón Valencia, Llull, ponía la máxima diferencia para los suyos en el momento más decisivo del partido (61-59, 01:22) y a los visitantes le entraban los nervios. Era el héroe del partido. Con una mandarina, marca de la casa, levantaba todavía más esa ventaja (64-59) Dubljevic maquillaba la diferencia, pero el Madrid terminó el cuarto (por primera vez) gobernando en el marcador.
Dubljevic y un rebote deciden (79-86, 4rto cuarto)
Precisamente fue él quien se vistió de Sergio Llull en el último cuarto para tratar de ganar el encuentro o hacer morir a su Valencia en la orilla. A falta de 06:56 se colocaba con 15 puntos y planteaba guerra a los 20 de ‘23’ merengue en la lucha por ser MVP del encuentro. Subían los decibelios en el WiZink Center en el momento de la verdad.
Nocioni volvía a tirar del carro y pedía máximo apoyo de la afición. A falta de 02:43 cada balón se peleaba como si fuese el último. El Valencia seguía con su resistencia y tenía un 75-78 que hacía soñar a su afición. Cada punto parecía la victoria hasta que uno de Dubljevic, sumado a un doble rebote defensivo del Valencia les acercaba mucho a la victoria. 17 segundos, saben el dicho de que el Madrid nunca se rinde, pero lo tenía muy difícil. Y más cuando Sergio Llull falló sus dos tiros libres. El equipo blanco tendrá la ‘papeleta’ de resolver la final en Valencia. Los Taronja sacaron el 1-1 con un excepcional Dubljevic que terminó el partido con 20 puntos.
Así hemos vivido el segundo partido de la final
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