Al Turk Telekom se le ha impuesto un partido a puerta cerrada y una multa de 15.000 euros por "no haber tomado todas las medidas preventivas necesarias para evitar disturbios antes, durante y después del partido".
El Hasharon, que se negó a jugar una vez que los árbitros lo estimaron seguro, ha sido penalizado con un resultado de 20-0 en el encuentro que no se disputó y deberá pagar 50.000 euros. Ambos equipos tienen derecho a recurrir la decisión del juez en un plazo de 10 días.
El encuentro se suspendió a causa de incidentes de público, que protestaba por la situación bélica en Gaza. Los aficionados turcos profirieron gritos de "Dios es grande" e "Israel asesino", y al menos uno de ellos lanzó un zapato a los jugadores del Hasharon, que tuvieron que ser escoltados hasta los vestuarios por la Policía.
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