Incertidumbre entre el Unicaja y el Gran Canaria

Los canarios quieren dar el 'pelotazo'





Se busca semifinalista

En gran medida, por la buena marcha de ambos conjuntos en la Liga ACB, donde han destacado por la calidad del juego que despliegan, algo previsible en el caso del Unicaja por el potencial económico y deportivo del club, pero verdaderamente meritorio en el de la formación isleña, fruto del éxito de una gestión de despacho razonable y visionaria, así como de la buena mano del referente técnico, el catalán Salva Maldonado.

A eso hay que añadir la escasez de precedentes coperos entre las dos formaciones. Más que nada, porque la Copa forma parte de la realidad del Gran Canaria desde hace poco. La frecuencia de asistencias a la fase final copera de lo canarios es corta aunque, eso sí, intensa: esta es la cuarta presencia del conjunto insular en las últimas cinco ediciones.

El Unicaja mantiene en seria duda a Carlos Cabezas por lesión y el Gran Canaria acude a la llamada de la gloria animado por las excelentes prestaciones del canadiense Carlo English -sexto mejor anotador de la Liga (diecisiete puntos de promedio), séptimo máximo realizador en las cinco jornadas ligueras previas a la cita del Palacio de los Deportes (18,6 puntos) y mejor jugador del campeonato nacional en enero-, así como por las del hispano-senegalés Sitapha Savané (17,4 tantos de media en los cinco encuentros de referencia).


Mal recuerdo para los canarios

El único precedente entre ambas escuadras en la Copa corresponde a la anterior edición organizada en Madrid hace tres años, en 2006. Entonces, el triunfo correspondió al conjunto andaluz por 74-64. Pero nada de todo esto ayuda a elaborar pronósticos a los amantes de las conjeturas, peligrosas siempre, inadecuadas para los profesionales y temerarias en esta competición.

Sobre todo, porque el Unicaja, que en Zaragoza 2005 conquistó el título copero por primera vez, ha caído eliminado en la primera ronda en los certámenes de Málaga 2007 y Vitoria 2008. Y, paralelamente, porque el Gran Canaria todavía no ha sido capaz de superar el primer corte, un éxtasis que el club isleño merece vivir por virtudes deportivas y, también, por la maravillosa afición que le apoya, algo de lo que también puede presumir el equipo de la Costa del Sol.