Al Madrid le faltó oxígeno al final

El Real Madrid volvía a sentirse importante en el panorama europeo. Un gran escenario, un rival histórico enfrente, y varios de los mejores jugadores de Europa con ganas de hincarle el diente al ejército de Plaza. La puesta en escena, sin embargo, superó a los blancos. El colorado Vujcic tiró de manual para sacar a los pivots madridistas de sus casillas y, a su vez, hacer de hora las que englobaban sus números. 13 puntos al final del primer cuarto otorgaban al croata el protagonismo de la noche.

El Madrid no encontraba el tino al choque, y todo hacía presagiar que la ruptura del mismo llegaría pronto (31-18 min.12). Sin embargo, no fue así. Joan Plaza volvió a situar esa zona 2-3 que parece tan sencilla de atacar pero que nadie consigue agujerear. Ello unido a un gran Winston (mate tremendo en la cara de Vujcic incluído para silenciar el Pabellón de La Paz y la Amistad) hizo que el conjunto blanco volviera a meterse en el partido. Con Raúl López al mando, los madridistas fueron descontando tantos al marcador de los griegos como el que espera los días para cobrar el sueldo a fin de mes. Van den Spiegel secó la sangría que había provocado Vujcic y Hervelle empezó a emborrarse de rebotes. Todo ello, en un mismo coctel dio con un partido que se igualaba. Al descanso, todo en el aire (46-41).

UNA ZONA DE LIBRO 

Precisamente eso, aire, fue lo que le faltó a Olympiacos en el arranque del tercer cuarto. La defensa en zona ejerció de soga del salvaje Oeste para con los griegos, y para mayor gozo de los madridistas, Bullock enlazó un par de triples que pusieron por primera vez por delante a los de Plaza (46-47 min.23). Contrapronóstico, el Real Madrid volvía a la vida en el infierno cuando más de uno ya le había dado por muerto.

Lo apretado del marcador hacía presagiar un final de partido difícil. Plaza cambió la defensa para hacer respirar la zona aunque, más tarde, tuvo que volver a tirar de ella. Dos triples de Vasilopoulos en el último segundo de la posesión hundieron la moral del conjunto madridista que, hasta entonces, había remado contracorriente como buenamente pudo. Sin embargo, al final las fuerzas abandonaron al equipo de Plaza y los griegos lo aprovecharon para anotar fácilmente desde debajo del tablero para el primer punto en su casillero en la eliminatoria. El Madrid amagó pero no golpeó. El jueves habrá otra oportunidad. Al menos, los griegos no parecieron tan fieros como los pintaban. El Madrid volverá a pelear su presencia en la Final Four.