Una venganza a lo Messina

Por más que Messina lo intenta, no lo consigue. Un día más el Madrid volvió a salir atenazado a Vistalegre. No fue tan exagerado como otras veces pero el Khimki comenzó arriba el partido de mini basquet que realizaron ambos equipos en el primer cuarto (7-10 min.8). El italiano volvió a tirar de Velickovic en el puesto de alero para comenzar y éste le respondió con clase, como siempre. Una canasta partiendo desde el exterior y finalizándola en la pintura fue una buena carta de presentación.

Once minutos tardó el Madrid en ponerse por primera vez por delante en el marcador (15-13 min.12). De la mano del segundo batallón formado por Llull, Hansen y Vidal, el Madrid mantuvo un buen tono defensivo y, sobre todo, mejoró en el ofensivo. Con Kaukénas en casa aquejado de una gastroenteritis, el perímetro merengue comenzó a funcionar con transiciones ataque-defensa. La efectividad por encima de la vistosidad.

Messina volvió a otorgarle el mando a Prigioni para que mandara en el partido. El argentino batalló con Cabezas y Raúl López, a los que ganó la partida en varios encuentros. Al primero le dejó sellado tras postear sobre su cuerpo en uno uno contra uno, mientras que al segundo le arrancó un par de faltas que le llevaron precipitadamente al banquillo de Vistalegre, previo aplauso de la parroquia merengue.

HANSEN, ESTILETE BLANCO EN EL TERCER CUARTO

Uno de los ejemplos del margen de mejora que tiene este equipo lo podemos encontrar en Travis Hansen. El americano no empezó muy fino la temporada, sin embargo, en los últimos partidos se está destapando como un gran defensor y un excelente tirador de perímetro. El arranque del tercer cuarto fue un solo de muñeca del ‘6’ merengue. Tres canastas consecutivas encumbraron al Madrid hasta los 13 puntos de ventaja (43-30 min.23). Sin embargo, los de Messina se pararon o, mejor dicho, el Khimi se repuso. Poco a poco, a la chita callando, los rusos fueron labrándose punto a punto una nueva fase de igualdad.

Sin embargo, Vistalegre ha cambiado su estado de ánimo ante los finales iguales. Éste no fue tal, pero en las gradas de Carabanchel se respiraba un ambiente de victoria segura. Y así fue. A pesar de que Javkotas se empeñaba en retrasarlo, el trinunfo blanco era cuestión de tiempo. La defensa de Hansen acabó con varios ataques peligrosos de los rusos e, incluso, Garbajosa se permitió el lujo de anotar un triple desde Torrejón para cerrar el partido. El Madrid es más líder y se cobró cumplida venganza de su único verdugo hasta la fecha. Sin alardes pero sobrado. Así es Messina y así es su Madrid.