Un Boston - Lakers a la española

El Madrid afronta el clásico sin Llull, pero con la mejor plantilla de la última década





28 de enero de 2009. El Regal Barcelona visitaba Vistalegre en la primera jornada del Top-16 de la Euroliga. En sus filas, algunas de las grandes estrellas de Europa como Lakovic, Navarro, Ilyasova, Andersen o Basile. Ante ellos, un Real Madrid que hasta el momento se había caracterizado por su irregularidad y por el bajo rendimiento de algunos de sus fichajes, como Hosley o Massey.

 

El partido pronto se puso de cara para el conjunto culé, que prometía arrasar en el grupo en el que ambos se encontraban. A falta de seis minutos para el término, casi todo el pescado vendido, 62-72 para los visitantes. Sin embargo, este deporte era baloncesto, y a falta de poco menos de dos minutos, el 78-78 imperaba en el marcador. ¿Cómo había sido posible? La respuesta tiene un nombre: Sergio Llull.


El menorquín fue capaz de incendiar un partido que se moría para el Madrid y de darle la vuelta final (81-78). Fue el duelo más demencial que ha vivido Vistalegre en los últimos años, aquellos de los que no se olvidan. Sin embargo, el héroe de hace un año no estará el domingo para repetir su gesta, pero puede que no haga falta. Los de Messina están echando en falta al base por su lesión de tobillo, con tres derrotas en cuatro ausencias suyas.

Pero esta temporada todo ha cambiado en el club blanco. Desde el nuevo entrenador, uno de los grandes de Europa, pasando a una plantilla compensada y plagada de jugadores veteranos y contrastados. Prigioni, Garbajosa, Kaukenas, Lavrinovic y demás hacen palidecer a los anteriores referentes merengues, como Pepe Sánchez, Marko Tomas o incluso Papadopoulos. En definitiva, una plantilla entre el Top 5 de Europa que el domingo se medirá a otro grande del continente.

Por ello, el encuentro será un acontecimiento baloncestístico a nivel nacional y europeo. Enfrente estarán los dos máximos aspirantes a llevarse la Liga ACB, la Copa e incluso la Euroliga, en lo que será una lucha de poder a poder. A la imagen y semejanza de los Boston-Lakers de los Bird y Magic en los 80, un duelo para recordar. Aunque no esté Sergio Llull, porque esta temporada el madridismo no está dispuesto a tanta dependencia y a jugar al límite. Garantía de Messina.