Entre los dos suman nueve años y medio al servicio del club blanco (cinco temporadas Mumbrú y cuatro y media Hervelle), por lo que el coliseo merengue no podía pasar indiferente por el recuentro que se iba a vivir en la mañana del domingo. Aunque eso sí, durante los momentos previos, la tranquilidad propia de un partido que se planteaba como plácido en su discurrir no indicaba el momento tan especial que se viviría con estos dos jugadores.
Uno de los instantes clave llegó con la habitual presentación de los dos equipos. Como visitantes, los jugadores del Bilbao fueron saliendo uno a uno, hasta que el speaker merengue nombró al número 15 rival, Álex Mumbrú. Los cerca de 10.000 espectadores que en esos momentos poblaban la cancha de Carabanchel se animaron a aplaudir con sobriedad ante el regreso del catalán, un aperitivo del que sería el recibimiento a Hervelle. El belga fue nombrado con el número 17 y entonces Vistalegre aprovechó para ovacionar al antiguo 'guerrero' merengue, demostrando que aún tiene muy presente la entrega y madridismo de este jugador.
Luego llegaría el partido y la sorprendente victoria del Bizkaia Bilbao Basket, con exhibición incluída de Hervelle y buen papel de Álex Mumbrú. El 80-87 final hacía que el público se centrara en la labor arbitral a su despedida a vestuarios, tras lo cual los dos ex jugadores locales aprovecharon para dirigirse hacia el público y agradecerle el apoyo mostrado en todos sus años en el club. Un gesto que Vistalegre respondió aclamando a sus dos hijos pródigos y recordándoles que todavía hay un hueco para ellos en el corazón del madridismo.
Fuente de la imagen de portada: realmadrid.com
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