La derrota cosechada el pasado 14 de febrero en Vistalegre ante el Biskaia Bilbao Basket (80-87) encendió todas las alarmas en el equipo, pues el Real Madrid demostró una cierta incapacidad para responder a la exigencia física que impusieron los vascos a partir del tercer cuarto. La dura temporada que estaba atravesando el conjunto blanco hasta el momento, con partidos prácticamente cada cuatro días, pasaba factura; de manera que la proximidad de la Copa del Rey obligaba a realizar cambios en la distribución de juego de los miembros de la plantilla.
Los resultados no tardaron en verse, ya que los de Messina realizaron un primer tramo de competición excepcional: las victorias claras ante el Joventut y el Caja Laboral les permitieron obtener el billete para la final del torneo, donde la superioridad física blaugrana acabó con el sueño madridista. Pero por el camino quedaron partidos en los que la presencia de jugadores como Bullock, Tomic o Vidal fue anecdótica, pues el técnico italiano apenas les concedió minutos.
Los posteriores encuentros al torneo del K.O. han contribuido a demostrar que Messina está decidido a empezar a ajustar el desgaste de sus pupilos. Sólo así se explica que un jugador que venía jugando 30 minutos por partido como Jaric se quedase en quince ante el Siena o en los seis de este domingo ante el Xacobeo. O que Velickovic ni siquiera saltase al parqué el pasado jueves ante el Efes Pilsen, mientras Kaukenas sólo disfrutaba de seis minutos.
En consecuencia, en estos últimos partidos el papel de otros jugadores menos habituales como Tomic y Hansen ha crecido exponencialmente. Ambos sumaron individualmente más de 20 minutos de juego ante los gallegos, mientras que el casi 'olvidado' Sergi Vidal ha gozado de 46 minutos en los dos últimos encuentros ante Alicante y Xacobeo, casi tanto tiempo como dispuso en sus seis partidos anteriores de la ACB.
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