Una temporada de pocas luces y muchas sombras

El Real Madrid de Messina no ha cumplido con las expectativas creadas





Ya lo avisó Ettore Messina a los pocos meses de aterrizar en el club. "No se puede ensamblar un equipo e inmediatamente llegar a la Final Four. Se necesitan años. Quizá necesitemos uno, quizá tres" comentaba el técnico italiano en enero, como sospechando lo que a posteriori se iba a producir. Y es que la dupla Maceiras-Messina había ensamblado en el verano un equipo empezando prácticamente de cero, ya que realizaron hasta ocho contrataciones (Prigioni, Kaukenas, Hansen, Vidal, Garbajosa, Dasic, Velickovic y Lavrinovic) con la intención de devolver al Real Madrid a la élite nacional y europea.

Sin embargo, la temporada no empezó nada bien. De hecho, en la pretemporada jugadores como Lavrinovic, Van den Spiegel y Felipe Reyes se lesionaron de diversa gravedad y dejaron al equipo cojo en la zona para las primeras semanas de competición. A lo que hay que añadir que, en el primer campeonato serio de la campaña, la Supercopa ACB, los merengues cayeron en la final por 86-82 ante un Regal Barcelona a medio gas.

De todas formas, la derrota en el torneo jugado en Gran Canaria no supuso ningún traspiés, pues el equipo estaba todavía en formación tras todos los cambios producidos. No en vano, el equipo logró encadenar un excepcional inicio de temporada en la ACB, incluyendo once victorias consecutivas hasta que en la visita a Galicia se cayera ante el Xacobeo Blu:Sens. Una derrota que escoció por el equipo ante el que se produjo y porque coincidió con el primer gran bache de la temporada. Así, el equipo vio como pasaba de ganar casi todos sus partidos a perder consecutivamente ante el Caja Laboral, Regal Barcelona, Prokom y Asefa Estudiantes.

Las lesiones tuvieron parte de culpa de ello, pues en el 'clásico' ante el Barcelona el equipo contó con sólo 8 jugadores sanos, en los que se incluía al posteriormente 'cortado' Dasic. Esto provocó que Maceiras se moviese en los despachos y reforzara al equipo en las zonas donde tenía más carencias, es decir, en el puesto de alero y en el de pívot. Por consiguiente, Marko Jaric firmó en diciembre por el equipo para compatibilizar el puesto de base con el de '3', mientras Tomic lo haría posteriormente para convertirse en el '5' dominador que necesitaba el equipo.


Buen papel en la Euroliga y la Copa del Rey

Mientras la Liga avanzaba con la tranquilidad de encontrarse en los puestos altos de la tabla, la Euroliga se saldaba con una sobresaliente primera fase tras liderar un grupo en el que estaban equipos tan poderosos como el Panathinaikos o el Khimki. Un primer puesto que no evitó que en el Top-16 los blancos se encuadraran en el llamado 'grupo de la muerte' ante Maccabi, Efes Pilsen y Montepaschi Siena. Unos duros rivales ante los que el Real Madrid dio la talla para pasar a cuartos, pero no sin fallar en casa ante los macabeos en el partido clave para haber liderado el grupo.

 

En febrero la Copa del Rey supuso una renovación de las ilusiones, y más tras vapulear en los cuartos de final al Joventut y al Caja Laboral. Pero en la final los de Messina se iban a encontrar con el Barcelona, escuadra que empezaba a mostrarse como el mejor conjunto de Europa. Un mal inicio de partido dejó al Madrid sin opciones desde antes del descanso, por lo que el 80-61 final hizo justicia a lo visto en el parqué. Pero no sería la única derrota dolorosa de los blancos a manos de los culés, pues en los cuartos de final de la Euroliga el conjunto madrileño pagaría muy caro su error ante el Maccabi.

Y es que el 'clasico' se repitió de nuevo en la eliminatoria europea con idénticos resultados a los anteriores. El Real Madrid sólo fue capaz de plantar cara en el segundo partido en el Palau gracias al talento del emergente Tomic, pero los dos choques de Vistalegre expusieron la inferioridad de los madridistas respecto al conjunto de Xavi Pascual (3-1). Así que a los de Messina sólo les restaba el objetivo de la Liga con dos meses de competición por delante.

Ante ello, el gran objetivo era meterse segundo en la Liga regular para facilitarse el paso a la final de la competición. Pero una vez más, el equipo capitaneado por Felipe Reyes falló en el momento clave y cayó en casa ante el Caja Laboral cuando ambos se jugaban el puesto de honor tras el Barcelona. Esto abocó al equipo a un play-off de cuartos saldado con cierto sufrimiento ante el Cajasol de Plaza (1-2) y a una eliminatoria de cinco partidos con desventaja de campo a favor de los vitorianos. Factor que acabó por jugar un papel clave en la ronda, ya que a pesar de igualar el 2-0 inicial, los de Messina no pudieron dar la puntilla en el quinto y definitivo del Buesa Arena (64-56).

Acaba así una temporada con más oscuros que claros, en la que han participado hasta dieciséis jugadores diferentes en al menos un partido y en la que se ha visto que el propio Messina no ha tenido claro el papel de algunos de ellos. Ha sido el caso de jugadores como el internacional Sergi Vidal, el alero norteamericano Morris Almond, el escolta lituano Kaukenas o el pívot belga Van den Spiegel; los cuales han aportado muy poco a la plantilla. Esto, sumado al bajo rendimiento de veteranos como Garbajosa, Prigioni o Bullock ha sido demasiado lastre que no ha podido ser compensado por la frescura de Llull, Velickovic y Tomic. Por tanto, a Messina se le plantea por delante la difícil papeleta de renovar un equipo que en sus líneas básicas no ha dado la talla y que por su elevada edad media, no permite segundas oportunidades para algunos de sus jugadores.