Con la Caja Mágica como el peor enemigo

De salida, el equipo alemán sería uno de los dos destinados a quedarse en el camino en la fase de grupos, pero sus resultados y prestaciones en las jornadas precedentes le han merecido ganarse el respeto y las opciones. Y es que, tras perder con claridad (83-65) en su estreno, dio la sorpresa en la segunda jornada doblegando a uno de los favoritos, Olympiacos (73-61), y la semana pasada no falló ante la 'cenicienta' del grupo, el Spirou Charleroi (79-69).

Sin apenas rival en su competición doméstica, donde es líder con pleno de ocho victorias, y camina con paso firme en la defensa de su título, los partidos de la Euroliga son su objetivo cada semana y afrontan la visita a la Caja Mágica con todo a ganar. En su tercera participación en la máxima competición europea estar en la siguiente ronda sería cumplir con creces, y, por el momento, mantienen el mismo balance 2-1 de los colíderes del grupo. Por ello, el Real Madrid no debería confiarse en exceso y lo que le sucedió al Olympiacos puede ser el mejor aviso, siempre sabiendo que una derrota ante los de Chris Fleming sería muy mal resultado, ya que los partidos como local son de obligada victoria.

La Caja Mágica, en el centro de la polémica

El regreso a la Caja Mágica, sin embargo, será polémico, ya que la afición confirmó sus preferencias por jugar en el Madrid Arena el partido contra el Lagun Aro GBC y, aunque el club pide paciencia para el acoplamiento a la nueva 'casa' es posible que se vea un pabellón desangelado. El mayor atractivo será, de todas formas, confirmar la mejoría mostrada por el equipo en los últimos encuentros, con sus dos sólidas victorias europeas ante Unicaja y Virtus Roma, que le mantienen en una situación cómoda. Además, esto se vio refrendado por el balsámico triunfo ante el equipo vasco.

El Lagun Aro pagó los platos rotos de la derrota ante el Meridiano Alicante, encajando un contundente 83-53. El encuentro sirvió para volver a ver en acción, y con buenas prestaciones, a jugadores que habían estado inéditos en los últimos partidos y permitió a Messina conceder minutos a los menos habituales. De hecho, los jugaron los 12 de la plantilla y él único que no estrenó su casillero fue Felipe Reyes, que apenas estuvo sobre el parqué 11 minutos y tuvo un respiro, mientras Velickovic y Garbajosa recuperaron confianza y Sergio Rodríguez certificó la mejora de su acoplamiento a la espera del regreso de Prigioni.

El Brose se presenta en Madrid con un equipo en el que el peso anotador lo llevan sus jugadores de origen estadounidense, como Kyle Hines, un seguro de vida, pese a ser normalmente suplente, el artillero Brian Roberts, Casey Jacobsen, que jugó hace cinco temporadas en el TAU, el ex del Xacobeo Reyshawn Terry o Johan Goldsberry. Junto a ellos, el eslovaco Anton Gavel, que estuvo en el Murcia o el veterano serbio Predrag Suput y los alemanes Pleiss o Tadda, que intentarán quebrar la mala racha del Brose Baskets, que suma 11 derrotas fuera de casa en la competición europea, en la que no gana a domicilio desde que se impusiera al AEK Athens en la campaña 2005-06.