Uno esperaba que el nuevo año imprima una reflexión para la plantilla del Real Madrid por su floja actuación en la Liga ACB durante 2010, pero ya han pasado varios partidos del nuevo calendario y nada. Los de Messina siguen lejos de ofrecer un baloncesto acorde al prestigio que supone esta institución.
Es cierto que los nombres son el mismo, pero se esperaba un cambio de actitud o compromiso para cambiar el curso de la historia que lo tendrá muy lejos del Barcelona a pesar de que ambos cuentan con igual cantidad de victorias. Pero la brecha entre ambos es extensa, prueba de ello es la diferencia que los azulgranas le sacaron en el último derbi.
La jornada 15 ponía al Real Madrid ante el Menorca, era de suponer que no habría dificultad alguna para los blancos. Pero la falta de recursos para defender se sintió como es habitual y se estuvo a punto de caer en su propio estadio ante uno de los modestos equipos de la liga doméstica. Hubiera sido indescriptible el escenario si ello acontecía.
No sucedió porque abundaron los triples de Suárez, Llull y compañía que como nunca convirtieron casi todo lo que arrojaron al cesto (15/21). Lo cual era más impensado aún que la derrota esté entre los planes, pero las falencias para defender y contener el ataque rival hacían pensar cualquier cosa.
El domingo fueron Llull y Suárez los que sacaron la cara por el equipo, pero no basta a esto se juega de cinco en la pista y mientras el resto siga sin aparecer el Madrid seguirá sufriendo ante cualquier rival para sumar un triunfo.
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