Las estadísticas dicen que hoy, ganamos

El Real Madrid romperá el maleficio que ya perdura desde 1993





   

 

 

Será un Real Madrid-Barcelona, y eso empaña cualquier otro aliciente. Será la batalla entre los dos gigantes del baloncesto español, teñida últimamente de azulgrana. Por segundo año consecutivo, el clásico aguarda en el desenlace de la Copa del Rey.


Sobre la tendencia, hablaron los protagonistas tras las semifinales. Para Xavi Pascual, "el pasado es pasado. Ahora jugaremos contra un equipo espectacular y un entrenador extraordinario.

 El Madrid ha hecho un gran torneo y seguro que será una final muy bonita". Más tenso estuvo Ettore Messina, que mantuvo su discurso sobre la teórica superioridad del rival: "Vamos a competir. Ese es el objetivo. Si lo hacemos, podemos tener opciones ante el mejor equipo de Europa". Terence Morris lo tenía más claro tras batir al Caja Laboral: "Somos favoritos contra el Real Madrid".

Tampoco es broma el gafe del anfitrión, pues sólo hubo dos triunfos locales desde 1984. Aquí tiene excusa el equipo de Messina, ya que ningún local se sintió nunca tan extraño como su equipo en el Palacio de los Deportes, territorio hostil.

Y, por último, el histórico cenizo blanco con la Copa, que no levanta desde 1993, con Sabonis al mando de las operaciones.

El Barça no se libra de maleficios. Desde hace 23 años nadie es capaz de repetir título copero. Fue precisamente el equipo azulgrana el último que lo consiguió, en 1987 y 1988, los dos primeros torneos con el actual formato a ocho equipos.

Y si ya de por sí es enorme la rivalidad, otro estímulo impulsa a los dos púgiles. El equipo de Xavi Pascual tiene el reto de poner fin a la supremacía histórica del Real Madrid en la Copa. Un triunfo culé igualaría a 22 el palmarés de ambos equipos.

 

 La sequía blanca impulsó la remontada, pues en esos 18 años sin Copa, el Barça sumó cinco. Desde hace exactamente 50 años el palmarés de ambos no andaba parejo (en 1961 ambos presumían de siete).

Para coronar al Rey de Copas, estará Don Juan Carlos en el palco del Palacio de los Deportes. Lo hará por segundo año consecutivo. Eso a pesar de la sonora y desagradable pitada que se llevó en Bilbao.