"Por suerte he vivido varias, pero esta es la primera como entrenador jefe. Quiero transmitir la experiencia de lo que he vivido a los jugadores, sabiendo que ellos son los máximos protagonistas de todo esto", expresa, en una entrevista a la Asociación Española de Entrenadores de Baloncesto (AEEB).
Molin estuvo en una final con el Bolonia (2002), en otra con el Benetton (2003) y en cuatro con el CSKA (2006 a 2009), equipo con el que conquistó el título (2006 y 2008) e igualmente ayudó a Messina en el título conquistado en 2001 por el club boloñés, entonces ganando al Baskonia en la final (3-2).
Ahora, sabe que para el Real Madrid estar en la cita de Barcelona "es un éxito para el club, para los aficionados y para todo el equipo", ya que "se ha conseguido un objetivo" que ha permitido "liberar mucha tensión", aunque espera que sea sólo un paso: "Al estar en el Real Madrid tienes que convivir con esa tensión, teniendo como objetivo el estar en la élite con constancia. Cuando un jugador o un entrenador se pone la camiseta del Real Madrid seguro que tiene que soportar una presión, pero hay que entenderlo desde el punto de vista positivo", valora.
Por eso, pide a sus hombres que estén sólo "mentalizados en el trabajo, en dar el cien por cien en cada momento y en tratar de lo que lo demás no influya en el equipo". "Cuando estamos en la pista o en los entrenamientos. Unos tendrán unos favoritos y otros, otros, pero nosotros tenemos que estar centrados sólo en jugar", advierte.
Así, espera que se pueda "crear la atmósfera necesaria que permita al grupo tener unas buenas sensaciones y afrontar los encuentros con fortaleza, ilusión y con ganas de superarse a sí mismo: Pero también creo que cada equipo llega aquí con una mochila llena de trabajo realizado durante toda la temporada, sabiendo sus virtudes y sus límites y confiando en lo que sabe hacer. La temporada tiene un gran valor y construye todo eso", sentencia el italiano.
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