Una Final Four indigna del Madrid

sería una pena que una plantilla con jugadores tan prometedores como Tomic, Mirotic, Llull, Sergio Rodríguez o Suárez pueda quedarse en nada a causa de la ineficiencia de los dirigentes del Madrid.





Y no es de extrañar. Tras la marcha de Messina hace unos meses (y eso que el italiano no era santo de mi devoción), la sección de baloncesto del Real Madrid sufre un vacío de poder realmente alarmante. Ni Juan Carlos Sánchez (aún desconocemos cuál es su función exacta en el seno del club) ni tampoco Herreros han sabido tomar decisiones en una situación que, a medida que van pasando las semanas, va siendo cada vez más desesperante para la afición del equipo. Una plantilla que, tras la marcha de Messina, ha sufrido un bajón en su rendimiento realmente alarmante. Y lo que es peor, con un entrenador, Emanuele Molin, que está lejos de ser el líder que necesita ese vestuario.

Nadie se va a llevar las manos a la cabeza si les digo que la actual plantilla del Madrid está mal construida desde la base. En el deporte del baloncesto lo básico es la anotación. Y es de eso, de tiradores, de lo que adolece la actual plantilla. Tucker ha sido el mayor fracaso que haya podido tener esta sección en un fichaje en años (y Bullock dando lecciones de baloncesto en el Cajasol). Y Llull y Suárez, aunque se dejan la piel en cada partido, no son un valor fiable en el tiro exterior. Y si al equipo rival le ofreces como mayor exponente ofensivo unos porcentajes de tiro tan pésimos como los que se tuvieron en la Final Tour (41% en los tiros de dos y 25% desde los triples), pues apaga y vamonos.

Tampoco ayuda a mejorar las cosas que el que en teoría es tu mejor base, Prigioni, se pase la mayor parte del partido entre protestas a los colegiados y fallando lanzamientos de nueve metros. Como tampoco lo es que el suplente del argentino, Sergio Rodríguez, aún no se haya enterado de lo que supone jugar en un club como el Real Madrid. Y es que este Real Madrid adolece también de eso: de falta de dirección y liderazgo tanto dentro de la cancha como fuera de ella. Molin, aunque tenga cara de buen hombre, nada puede hacer por salvar el barco. Un barco que, por cierto, lleva a la deriva muchos años, y ya es hora de que los dirigentes del club, empezando por Florentino Pérez, den a la sección de baloncesto un capitán que les lleve por el camino correcto.

Porque sería una pena que una plantilla con jugadores tan prometedores como Tomic, Mirotic, Llull, Sergio Rodríguez o Suárez pueda quedarse en nada a causa de la ineficiencia de los dirigentes del Madrid. Hay que tomar decisiones de manera urgente, empezando por cortar a Tucker antes de los ‘play – off’ (ya se hizo el año pasado con Kaukenas y nadie se llevó las manos a la cabeza). Hay que fichar un entrenador con palmarés y también con dotes de liderazgo dentro de un vestuario (Pesic y Spahija son mis predilectos). Y, sobre todo, hay que empezar a fichar primeras figuras del baloncesto europeo. La fórmula de fichar a jugadores del estilo de Tucker, Almond, Jaric, Pelekanos, Tomas, etc… ha quedado más que comprobado que no lleva a ninguna parte. Si se quiere evitar futuros ridículos como el que hubo el pasado fin de semana en la Final Tour hay que empezar por ahí. Eso si a los actuales mandatarios del club quieren apostar por el baloncesto, que esa es otra…