Guil: "Agradezco que confíen en un novato"





Luis Guil, nuevo entrenador del Fuenlabrada, reconoció que "no esperaba" la propuesta por parte del club y subrayó que la oferta era como "un tren de los que sólo pasan una vez en la vida". Nacido en Sevilla hace 36 años, Guil aclaró que "nunca fue un objetivo prioritario" entrenar en la ACB. "Tras una breve consulta familiar acepté el cargo sin pensarlo demasiado", apuntó.

Guil, madrileño desde los cero años, según sus propias palabras, se enfrentará a partir del primer fin de semana de octubre, fechas en las que comenzará la próxima Liga ACB, con el reto más importante de su carrera como entrenador. En esos días debutará en la que es, para él, "la segunda mejor liga del mundo después de la NBA", y a la que le tiene "mucho respeto pero ningún miedo".

El nuevo entrenador del Fuenlabrada estuvo asociado casi siempre a las categorías inferiores y ejercía, hasta la fecha de su nombramiento, las funciones de director técnico del club y entrenador del equipo sub"20 de la entidad madrileña. La pasada temporada, el preparador anduvo muy pendiente del mercado profesional con la intención de abastecer de jugadores al equipo ACB. Los logros más importantes de su palmarés fueron la medalla de oro obtenida como entrenador ayudante de Txus Vidorreta, actual primer entrenador del iurbentia Bilbao de la Liga ACB, en el Europeo júnior disputado en Zaragoza en 2006 y el bronce en el mismo campeonato y categoría conseguido en Grecia 2006 de la mano.

Hombre de confianza en el Fuenlabrada

Luis Guil, según su propio testimonio, ha contado desde el primer momento con la máxima confianza y apoyo del Consejo de Administración del club. La prueba más evidente es que ha elegido personalmente su equipo de trabajo: "No puedo tener más que palabras de agradecimiento al club, no es fácil que a este nivel se confíe en un novato y, además, se le otorgue la libertad que yo he tenido hasta ahora para hacer mi trabajo".

"Tengo la suerte de poder contar con el mejor entrenador ayudante de España, Chus Mateo, que ha trabajado con maestros de la talla de Sergio Scariolo o Bozidar Malkovic; con Sergio Jiménez, que ha clasificado dos veces al equipo júnior del club para la fase final del Campeonato de España y tiene, además, experiencia como entrenador ayudante con distintas selecciones españolas en categorías inferiores; y con Juan Carlos Aragón, un adelantado en cuanto a la preparación física con experiencia internacional. "No me olvido de los que permanecen: el médico, Fernando Jiménez; el fisioterapeuta, Paco Martín; el delegado, Juan Mora; y el utillero, Antonio Romero; todos de mi absoluta confianza", recalcó.

Técnico vehemente

El estilo de juego que Guil quiere implantar a su equipo va en consonancia con su personalidad. Entrenador vehemente en el banquillo, de palabra y obra, sus equipos llevan la agresividad bien entendida como seña de identidad principal. "Me gusta que los equipos que dirijo aprovechen los espacios y los tiempos en los partidos. Se trata de ser muy agresivos en defensa, llegando incluso hasta la presión en campo rival y correr todo lo que se pueda, sacar el máximo provecho a las transiciones", explicó.

"¿El "Estilo Aíto"? Me encantan cómo juegan sus equipos. Es un referente para mí como entrenador, lo que ocurre es que él ha tenido casi siempre mucho talento individual en sus plantillas. Los estilos hay que amoldarlos a los jugadores con los que cuentas. Los jugadores deben tener iniciativa y tomar decisiones, pero hay que trabajar mucho en los entrenamientos para que esas decisiones sean las correctas en cada momento", reflexionó. "Sí, doy muchos gritos en el banquillo, me meto mucho en los partidos, soy vehemente, pero está claro que, aunque no vaya a cambiar mi personalidad a estas alturas de la vida, no es lo mismo dirigir a equipos de cantera que a profesionales", aclaró.

Respecto a la configuración de la plantilla, Luis Guil parece tener bastante claro lo que necesita incorporar el equipo: "Un cinco puro que no ocupe plaza de extra comunitario (probablemente seleccionable), un base que tampoco lo haga (probablemente comunitario o asimilado) y que juegue minutos de calidad con la máximas garantías y un escolta que en determinados momentos pueda jugar de base, ése si podría ser extra comunitario (el estadounidense Brad Oleson tiene todas las papeletas)".

Por un año

"En un segundo plano necesitamos un jugador interior que pueda jugar de cuatro y de cinco (casi con toda seguridad seleccionable). Necesitamos un juego interior muy duro. ¿Tom Wideman, Salvador Guardia y Jorge Garcia? Los dos primeros es casi imposible que sigan con nosotros, el tercero sí, pero sabiendo que habrá cinco jugadores interiores y que uno de nuestros fichajes, Leo Mainoldi (argentino con pasaporte italiano) es un jugador de sus características y para mí el mejor cuatro de la LEB la temporada pasada. Sólo le falta subir su nivel defensivo. Aún no tenemos claro si nos iremos a 10 u 11 fichas profesionales", dijo.

La reincorporación del pívot puertorriqueño Peter John Ramos, que recuperaría el "trono" de "techo de la Liga ACB (2,22 metros) es una apuesta decidida de Guil y del club: "No he visto jamás un jugador tan grande con tales condiciones físicas. A Peter vamos a dejarle claro desde el principio que su papel en el equipo es estelar y que tiene que asumir esa responsabilidad sí o sí. El club y un servidor apuestan decididamente por él".

Luis Guil sólo piensa en metas a corto plazo: "He firmado un año y sólo pienso en este año. No pienso ni siquiera en la permanencia como objetivo, si no en ganar 14 partidos cuanto antes, parece lo mismo, pero no lo es. Y mi futuro como entrenador profesional de largo recorrido ni siquiera me lo planteo", concluyó.