Laso despierta al Madrid en Turquía

El técnico merengue provocó la reacción de sus hombres antes del descanso





ANADOLU EFES, 66 - REAL MADRID, 75.

EQUIPOS:

ANADOLU EFES: Tunceri (6), Guler (13), Vujacic (10), Savanovic (15), Barac (11) --quintento inicial-- Balbay (-), Batista (3), Ilievski (-), Akyol (8).

REAL MADRID: Llull (12), Suárez (2), Singler (12), Mirotic (16), Tomic (6) --quinteto inicial-- Sergio Rodríguez (7), Begic (-), Carroll (12), Reyes (4), Velickovic (4).


PARCIALES: 21-15, 22-21, 13-23, 10-18.

ÁRBITROS: Sreten Radovic (CRO), Paolo Taurino (ITA) y Milija Vojinovic (SER).

PABELLÓN: Sinan Erdem Arena.

La bronca que Laso echó a sus hombres durante un tiempo muerto sirvió para que sus hombres despertaran del letargo, animados también por la belicosidad de los locales, plasmada en la agresión de Vujacic a Reyes y a Llull. Y eso que Efes tampoco se jugaba nada. Con los dos equipos con la clasificación asegurada y el puesto definido, fue el momento de que Laso hiciera probaturas sobre la pista, dando minutos a hombres que necesitan entrar en la dinámica del grupo, como Singler o Velickovic.

Esta vez no hubo individualidades sobre el campo, sino equipo. Nadie destacó y lo hicieron todos, en un partido en el que el Madrid venció al Efes por octava vez en las últimas cuatro temporadas. Los turcos se tomaron el partido con relajación, pero los blancos comenzaron tomándoselo con excesiva dejadez, favoreciendo una diferencia de diez puntos para el cuadro local en los primeros compases. Sin embargo, a la contra llegó la reacción merengue, que estableció el marcador en seis de diferencia al final del primer cuarto.

Sin embargo, fue sólo una ilusión, puesto que en el segundo parcial volvió a ocurrir más de lo mismo. Muchas imprecisiones, tanto en defensa como en ataque, dejaron al Madrid con quince puntos de desventaja. Fue entonces cuando apareció la figura de un Laso irritado pero motivador, que sentó las bases de la remontada durante un tiempo muerto. Los jugadores reaccionaron y comenzaron a dar la vuelta al electrónico poco a poco, sin prisa pero sin pausa, mejorando su imagen, dándole lustre.

Más aún tras el encontronazo de Vujacic con Reyes. El codazo del esloveno sobre el capitán motivó una tángana en la que el ex de los Lakers no dudó incluso en agarrar del cuello a Sergio Llull. Descalificado uno de los pilares del Efes, la segunda mitad fue más sencilla pese a la desventaja que aún reinaba en el marcador (43-36). Un parcial de 9-0 al comienzo de la reanudación puso por primera vez por delante al Madrid, que a partir de ese momento dio un recital, demostrando que las luces muchas veces pueden acabar con las sombras. El Madrid se marcha feliz de la Euroliga y vuelve a demostrar que es un aspirante de los serios como mínimo a la Final Four, sobre todo con el mono de trabajo.