La zona culé mantiene viva la final

La final de la ACB se decidirá en el Palau Blaugrana tras la derrota blanca en el cuarto choque de la eliminatoria (75-81)





El encuentro comenzó con la tensión que se le puede pedir a un choque de estas características. Los dos equipos salieron apretando las tuercas en la zona, por lo que el juego exterior se convirtió en la solución inicial. Velickovic respondía al triple inaugural de Huertas, aunque sería Tomic el que empezaría a arañar las primeras ventajas locales (8-5, min.4) aprovechando la imprecisión en el juego del Regal Barcelona. Los culés sufrían ante la pegajosa defensa planteada por Laso, algo a lo que ayudaba que los colegiados estuvieran más permisivos que en el tercer duelo.

Mientras el Barcelona sudaba cada punto en la zona, los blancos seguían afinando su puntería desde la línea de 6,75. Llull se enchufaba desde el principio al partido, si bien Lorbek y Mickeal impedían que los blancos se fueran con claridad en el marcador e incluso Huertas facilitaba con su segundo triple que los suyos volvieran a ponerse por delante (15-17, min.9). Una desventaja que provocaba que Laso buscara soluciones recurriendo a Carroll y Mirotic, pero el Real Madrid no terminaba de entrar en calor y el marcador no se movería en lo que restaba de cuarto.

El choque parecía seguir un guión distinto al del lunes, pues los blancos no obtenían buenos porcentajes de tiro mientras que el Barcelona evidenciaba estar bastante más entonado de cara al aro a la vez que sacaba ventaja del rebote ofensivo. La igualdad era patente y las canastas de Singler y Carroll eran rápidamente contrarrestadas por Lorbek y Wallace. Un 2 1 de Felipe Reyes amplificado por un palmeo de Mirotic tras errar el cordobés el adicional volvía a poner al Real Madrid con la máxima del partido (25-22, min.14). Sin embargo, un triple de Wallace sancionado con adicional volvía a hacer de 'balancín' y colocaba al Barcelona con una nueva ventaja.

Sería el inicio de un parcial culé de 0-9 apoyado en dos nuevas canastas, otro triple más a cargo de Wallace y una canasta de dos de Navarro. El 25-31 (min.15) suponía la máxima diferencia visitante, de manera que Laso llamaba a sus hombres al tiempo muerto. Tras el mismo, el Madrid encontró puntos en las manos de Sergio Rodríguez y Velickovic, pero no veía la forma de aprovechar la presencia de Begic con motivo de la defensa zonal de los de Pascual. El cambio por Tomic estaba cantado y el croata respondía inmediatamente con una canasta que mantenía el encuentro en un puño (32-36, min.18). Sin embargo, el Madrid no conseguía solventar las dos razones de su hemorragia, el rebote y la defensa posicional azulgrana. A pesar de no contar con la presencia de Ndong, los hombres altos del Barcelona se multiplicaban para recoger rechaces y el descanso llegaba con un preocupante pero remontable 34-39.


El desequilibro era patente. En el Madrid solo Singler (9 puntos) y Tomic (6 puntos) mantenían el tipo; mientras que enfrente Wallace (14 puntos),  Lorbek (10 puntos), Mickeal (7 puntos) y Huertas (6 puntos) le daban variedad y versatilidad al ataque culé. Y para colmo, el hasta entonces desaparecido Navarro amagaba con querer apuntarse a la fiesta con cuatro puntos consecutivos tras la reanudación (36-43, min.22). Aunque Tomic se echaba al equipo a la espalda y con sus puntos en la pintura mantenía al Madrid a una distancia prudencial en el electrónico. 

Con la zona culé a pleno rendimiento solo el croata veía aro con facilidad, lo que provocó una situación casi insostenible para los blancos que derivó en crisis. Un triple de Mickeal puso la máxima para los culés mediado el tercer cuarto (44-53, min.15) y Pablo Laso tuvo que volver a recurrir al tiempo muerto. El descanso hizo espabilar a los merengues y bajo la dupla en la dirección Llull-Rodríguez los puntos llegaban con más facilidad. El problema estaba que en el Madrid seguía sin mejorar su defensa, por lo que los catalanes anotaban desde posiciones fáciles y las diferencias no se veían recortadas. Además, el trío arbitral tampoco ayudaba al tomar varias decisiones discutibles que encendían al Palacio de los Deportes.

Bajo un panorama que tornaba en negro, el Madrid empezó a meterle ritmo al partido de la mano de Sergio Rodríguez; lo que al menos sirvió para llegar al último cuarto con vida (55-62,  min.30). Era el momento clave, el que decidiría si la final acababa hoy o se iba a Barcelona. Mirotic puso toda la carne en el asador con un triple y el equipo empezó a ajustar su defensa, pero el acierto en el tiro seguía sin estar en buenos porcentajes. Llull, Rodríguez y Singler fallaban los siguientes ataques y el partido tendía ya hacia el imposible (58-68, min.34).

Los últimos minutos fueron un quiero y no puedo del Real Madrid, que peleó hasta el último instante gracias al cáracter de Felipe Reyes, Carroll y Mirotic (75-79, min.40). Esfuerzo estéril, porque desde hacía bastantes minutos el guión de la película indicaba que esta eliminatoria se tenía que ir al quinto partido. Como no podía ser de otra manera, la mejor final de los últimos años se decidirá el próximo sábado (19:00) en el Palau Blaugrana. Y entonces ya no habrá lugar al error. Todo o nada, un filo en el que el Madrid suele sacar lo mejor de sí mismo.

 

FICHA TÉCNICA:

75 - REAL MADRID (15 19 21 20): Llull (9), Suárez (0), Singler (11), Velickovic (7) y Tomic (12) -cinco inicial-- Pocius (0), Carroll (4), Reyes (6), Sergio Rodríguez (5), Begic (0), Mirotic (14), Sanz (-).

81- FC BARCELONA REGAL (17 22 23 19): Marcelinho (15), Navarro (12), Mickeal (13), Lorbek (24) y Fran Vázquez (0) -cinco inicial-- Ndong (-), Sada (0), Ingles (1), Wallace (16), Rabaseda (0), Eidson (-).

ÁRBITROS:  Hierrezuelo, Conde y Jiménez.

PABELLÓN: Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid. Más de 13.000 espectadores en las gradas.