El Madrid apagó la caldera turca

Un Real Madrid sublime aplastó al Fenerbahçe en Estambul apoyado en el gran partido de Rudy, Sergio Rodríguez y Carroll





 

La derrota de la semana pasada en Moscú escoció en el equipo, pues el Madrid supo reponerse a su mal partido para pelear el marcador hasta el último minuto. Por eso, los blancos salieron este jueves muy concentrados al Fenerbahçe Ulker Sports Arena y desde el principio llevaron la manija del choque. El 2-0 y el 4-2 del inicio acabarían siendo las únicas ventajas turcas en todo el duelo. Porque los de Laso utilizaron desde el principio un arma oculta: la participación de un Mirza Begic en una versión desconocida para el madridismo. El esloveno estuvo desde el principio dominador y poderoso en la zona, anotando 8 de los primeros 16 puntos del equipo (8-16, min. 8).

El Madrid había empezado el duelo desatado y, lo más importante, estaba corriendo. Sergio Rodríguez saltaba a la pista al filo del final del primer cuarto para empezar su recital de basket-espectáculo. Su sociedad con Rudy Fernández es una bendición para este deporte y para el madridismo en particular. Los dos volvieron loco al conjunto turco en un recital de robos, carreras, asistencias y canastas de todos los colores. Y en la fiesta también seguía Begic, pues el esloveno ponía la guinda a un primer cuarto de ensueño con un extraordinario mate (13-21, min. 10).

El choque discurría por el camino al que aspiraba Laso. Además, por si faltara poco, todavía quedaba que Carroll se presentase ante la afición otomana. 8 puntos del norteamericano mantuvieron en pie al equipo a pesar de que el Ulker empezaba a apretar de la mano de un acertado David Andersen (29-31, min. 16). Sin embargo, el Real Madrid estaba en su noche y veía el aro más grande de lo normal, por lo que el equipo volvía a estirar inmediatamente la diferencia hasta ponerla en una máxima de 11 puntos (31-42, min.19). La lástima es que un nefasto final de cuarto dejaba un parcial de 5-0 para los locales que volvía a infundir vida al choque al descanso (36-42, min.20).


Tras la reanudación, el duelo continuó por unos derroteros similares. Aunque el trío de colegiados no tardaría en adquirir protagonismo con varias decisiones realmente cuestionables. El juego en la zona se endurecía y los madridistas lo pagaban con varias faltas en ataque en momentos idóneos para seguir ampliando sus ventajas. Por eso, aunque el Madrid logró alcanzar sus mejores momentos del partido gracias al trabajo en el juego interior de Mirotic y Begic (41-56, min.24), el encuentro no tardaría en volverse a poner en un puño. McCalebb y Preldzic sumaban sin pausa y en cuestión de tres minutos ponían a su equipo de nuevo a tiro de piedra (52-56, min.27).

EQUIPOS:

75 - FENERBAHCE ULKER ISTANBUL: Bo McCalebb (12), Onan (14), Sato (4), Savas (5), Batiste (2) --cinco inicial-- Peker (2), Bremer (2), Andersen (13), Karaman (4), Bogdanovic (5) y Preldzic (12).

83 - REAL MADRID: Sergio Rodríguez (12), Rudy Fernández (21), Suárez (-), Mirotic (9), Begic (14) --cinco inicial--, Draper (2), Pocius (-), Slaughter (6), Felipe Reyes (4) y Carroll (15).

PARCIALES: 13-21, 23-21, 21-24, 18-17.

ÁRBITROS: Christos Christodoulou (Grecia), Borys Ryzhyk (Ucrania) y Damir Javor (Eslovenia). Sin eliminados.

PABELLÓN: Ulker Sports Arena. 12.100 espectadores.

Eran momentos muy difíciles para los madrileños. Pero, por suerte, la plantilla tiene a dos hombres que nunca se arrugan. Dos triples consecutivos, uno de Rudy y otro de Carroll, devolvían la diferencia a los diez puntos (52-62, min.28) y le asestaban un golpe casi mortal al partido. Decimos casi porque el Fenerbahçe aún no se daría por vencido y en un nuevo golpe de timón darían el último susto de la noche (64-66, min.33). Trance complicado del que salió el Madrid haciendo lo que mejor sabe: correr y anotar. Sergio Rodríguez y Rudy se aliaron para volver a poner la quinta marcha y dejar atrás, definitivamente, a su rival. Al final, 75-83 que devuelve al Madrid a la senda del triunfo en Europa y que supone un claro golpe en la mesa de uno de los 'gallitos' de la competición. Y es que cuando este Madrid juega como sabe es prácticamente imparable.