Joe Arlauckas, el 'matador' del Real Madrid

DC REPASA LA CARRERA DE ALGUNOS DE LOS MEJORES JUGADORES DE BALONCESTO MADRIDISTAS DE LA HISTORIA





Nacido en Rochester (Nueva York) el 20 de julio de 1965 sus primeros pasos en el deporte de la canasta los dio en el   Thomas Jefferson High School  de su localidad natal. Pasa por ser uno de los mejores y uno de los pocos seleccionados de la Universidad de Niágara para el draft de 1987. Lo fue en el la cuarta ronda, algo que le auguraba pocos minutos en la franquicia que le escogió: los Sacramento Kings.



Allí juega poco, pero aprende cerca de estrellas de la NBA como Kenny Smith u Othis Thorpe. Promedia 3,8 puntos por partido contando con oportunidades escasas y es cortado. Se marcha a baloncesto italiano para probar fortuna en  el Snaidero Caserta de la Liga italiana. El joven Joe no se adapta y se termina marchando a España tras cuatro meses nefastos para él , al echar mucho de menos su casa y no brillar sobre el parqué.

Decide emigrar a la competición española donde en el Caja de Ronda Málaga sí da muestras de su calidad, pese a tener una relación complicada con su entrenador Mario Pesquera.  En dos temporadas logra hacerse un nombre en la ACB y lograr el pase a un equipo con más aspiraciones deportivas como el Tau de Vitoria. Con un base al lado como Pablo Laso, Arlauckas se convierte en un anotador compulsivo y, aunque su asignatura pendiente parecía ser la intensidad defensiva, su aportación en ataque resulta esencial para un Baskonia que iba camino de convertirse en un grande de la competición española.



Su voracidad en la canasta rival no pasa desapercibida para nadie y recibe numerosas ofertas para cambiar de aires, entre las que destacan la del Barcelona, varias de la NBA y la del Real Madrid. Es  el conjunto blanco el que termina llevándose el ‘gato al agua’ y los destinos de Arlauckas y el Real Madrid quedan unidos para siempre.



Con  la sección de basket madridista lo gana todo.  Una Euroliga, la  Copa del Rey , la Eurocup. En cuatro grandes años y uno último para olvidar  se convierte en un clásico del baloncesto merengue.  Sus mates, sus canastas y sus suspensiones hacia atrás son aún hoy recordadas en la cancha madridista. Como también para el recuerdo fueron sus  63 puntos y 88 de valoración en un encuentro europeo ante la Virtus de Bolonia. La mejor actuación de todo un ‘matador’ del basket madridista.