Walter Szczerbiak , la 'metralleta' blanca

DC REPASA LA CARRERA DE ALGUNOS DE LOS MEJORES JUGADORES DE BALONCESTO MADRIDISTAS DE LA HISTORIA





De origen ucraniano , Szczerbiak nació en la localidad alemana de Hamburgo un 21 de agosto de 1949. En busca del sueño americano, emigró junto a sus padres a la región estadounidense de Pittsburgh. Así, el joven Wally ( cuyo nombre anterior era Wolodymir) crece con una profunda fe religiosa que marcaría su vida. De hecho, se cuenta que en su juventud se planteó la posibilidad de ordenarse sacerdote. Menos mal que no fue así, pues tenía verdaderas aptitudes para la práctica deportiva. Se le daban bien muchos deportes, aunque no tardó en decantarse por el baloncesto.

Fijándose en los grandes pivots estadounidenses y aprovechando su envergadura, mejora su tiro y se convierte en un gran reboteador . En la escuela George Washington creció como baloncestista y no tardó en destacar como el jugador franquicia.

Szczerbiak como tantos otros jóvenes de su generación adquiere habilidades de alero alto en el popular Rucker Park de Nueva York y en otras canchas en las que maravillaban otros magos del basket como él.


Por ello, se convirtió en un hombre muy cotizado en las dos grandes ligas de los Estados Unidos la NBA y la ABA, aunque las negociaciones para incorporarle no fructifican y acaba jugando en la Eastern League en los Wilkes Barre Barons, en los que , como era de esperar, demuestra su valía. Sus actuaciones no pasan desapercibidas para Víctor de la Serna, quien no duda en recomendárselo al Real Madrid. Tras intensas negociaciones llega a la capital de España donde asombra a todos y termina firmando por los blancos.

En su primer partido, todo un Clásico frente al máximo rival el Barcelona es clave en la paliza que su equipo proporciona a los culés anotando la friolera de 47 puntos. Las exhibiciones de Walter se hicieron habituales y el jugador desea regresar a los Estados Unidos, pero la poca pericia de los ojeadores estadounidenses propicia su regreso al Madrid.

Hizo bien, pues con hombres como Brabender, Luyk o Rullán marca una époco con la elástica blanca. Durante siete intensos y brillantes años, Szczerbiak se convierte en uno de los mejores jugadores de la historia del baloncesto madridista y, aunque en los últimos tres años de su periplo blanco sólo disputa la Copa de Europa, consigue aglutinar un palmarés envidiable en el que se cuentan 4 Ligas y 3 torneos continentales.