El enfoque principal se ha centrado en mejorar el evidente punto débil del equipo, el juego interior. Hettsheimeir, que apenas contó para Laso, ha sido sustituido por Mejri, un jugador atlético, de 2.17, y que destaca por su facilidad para poner tapones. Por su parte, Begic tampoco seguirá. No lo hará no porque el Madrid le haya echado, sino porque el jugador prefiere probar suerte en otro destino…en el que también le paguen más dinero. Ahí es donde entra en escena Bourousis, que desde ayer es oficialmente jugador madridista. El griego parece mejorar al esloveno en casi todo, por lo que Laso tendrá que gestionar a sus dos nuevas torres interiores junto a los Reyes, Mirotic y Slaughter. Un juego interior de campanillas, de los mejores de Europa.
El movimiento que más podría terminar en materializarse es el que supondría ese ahorro de dinero que parece que el club pretende darle a la sección. La llegada de Dani Díez, con un sueldo no superior a los 200.000-250.000 euros, supondría la salida de Carlos Suárez, con un salario entre 800.000 y 900.0000 euros. En principio, Díez cubriría la salida del de Aranjuez, y aportaría intensidad y garra durante los siete u ocho minutos de rigor que seguramente Laso le daría por partido. De hecho, ese ha sido el papel de Suárez durante los partidos importantes de la temporada, en los que Laso sólo le utilizaba en los arranques de partido para, posteriormente, desaparecer. Un rol demasiado secundario para un jugador que, con confianza, todavía tendría cabida en algún buen equipo de España o de Europa.
Así las cosas, y si nada se tuerce o complica, la idea de plantilla del Real Madrid para el próximo curso es contar con los siguientes jugadores: Draper, Sergio Rodríguez, Llull, Carroll, Rudy, Darden, Díez, Felipe, Mirotic, Slaughter, Bourousis y Mejri.
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