El calvario del Real Madrid Castilla no se detuvo

El filial madridista no pudo superar al Eibar y terminó perdiendo por 0-1 en el Alfredo Di Stéfano.





Real Madrid Castilla

Tres  minutos de juego le bastaron al Castilla para plantarle cara al Eibar, para enseñar sus armas y contestar a la revelación blaugrana de la temporada. Los castillistas, inspirados desde el primer minuto bajo la batuta de José Rodríguez pusieron a prueba a Irureta tras un buen remate de cabeza de Willian a la salida de un córner.

Como en la final de Copa del miércoles, los de blanco impusieron su juego y las ganas mientras al Eibar se le venía encima un ciclón. 8’ minutos le costó al equipo armero salir de la jaula que le había montado José Manuel Díaz en el centro del campo. La trinchera blanca funcionaba y las alas volaban con Lucas y Jaime. Puñales.

Como la suerte es así de caprichosa, se adelantaron los visitantes tras un fallo en el despeje de Derik. Corría el minuto 12’ de juego. Capa, esperando en la frontal el error, se perfiló y de tiro raso y potente batía a Pacheco. Tocaba apretarse los machos y afrontar un día más un partido en contra. Demasiados errores esta temporada. Inseguridad defensiva blanca a la enésima potencia.


El gol no asustó a los de Díaz, que consiguieron empatar con un remate de Cabrera tras una falta lateral botada por Lucas. El árbitro, a instancias de su asistente, anulaba el gol. El tanto era legal e incomprensiblemente no subió al marcador. Este error, sumado a los que se han ido dando a lo largo de la temporada hace que el estamento arbitral deba replantearse la situación. El Castilla es, de largo, el equipo que más errores arbitrales ha sufrido a lo largo de la temporada. Uno más.

Como en una feria, los de Díaz se movían por todo el terreno pero no conseguían hincarle el diente a una zaga bien armada. Los fallos en los controles y la poca precisión en los pases hacían que se perdiera la ventaja y no suponían peligro alguno para la meta de Irureta. Ni Willian, ni Lucas acertaban en la definición. Un Castilla romo.

Moría la primera parte y el resultado no se alteró. Al Eibar le valía la cosecha y el Castilla no era el de los compases iniciales. Garitano ganaba la batalla a Díaz en la medular y era ahora el conjunto armero el que maniataba a los centrocampistas de la Fábrica. Sólo Jaime, plantaba cara al equipo guipuzcoano.

Comenzaba la segunda parte con la misma actitud en los dos equipos. El Eibar ajustaba posiciones y se parapetaba en las inmediaciones del área de Irureta. En el minuto 52’ probaba suerte José Rodríguez de tiro raso y ajustado que el meta sacó a córner. Se calentaban los ánimos en el campo y en la grada. Quedaba mucho por cortar en el Di Stéfano.

A la hora de juego, José Manuel Díaz iniciaba el cambio de estrategia con la entrada de Burgui en el terreno de juego en sustitución de Jaime, el castillista que más lo intentó en la tarde de hoy. Precisamente Burgui en el 61’ era objeto de una falta peligrosa por detrás. Errasti, sin opción de jugar el balón derribaba al extremeño y el árbitro lo sancionaba con tarjeta amarilla. Error grave de reglamento el del colegiado catalán Medié Jiménez que debió expulsar al jugador armero. Un nuevo error, un nuevo puñal clavado a un equipo que se desangra entre la categoría de plata y la Segunda División B.

Ni la entrada de Burgui ni los cambios de Garitano en el Eibar, activaban un partido muerto desde el minuto 12’. El Castilla, sin rabia y sin ideas, no era capaz de trenzar 3 pases con peligro. La afición empezaba a impacientarse. Demasiado amargor a lo largo de la temporada.

La tuvo Lucas en el 80’ para mitigar el calvario que sufre el aficionado castillista pero, sólo, delante de Irureta remataba contra el portero vasco y el balón salía a córner. Definitivamente el 7 blanco se había desconectado hacía muchos minutos. En el 83’, tras jugada personal era Gilvan Gomes el que perdonaba para los visitantes. Aviso serio y procesión de aficionados, cabizbajos, rumbo a casa. Desilusión total en el parroquia blanca.

Derik Osede

Fotografías: José Manuel Manzaneque