El Tenerife aspira a ser uno de los ‘gallitos’ en el grupo primero de la división de bronce del fútbol español la próxima temporada. El Castilla le lanzó ayer un mensaje muy fácil de interpretar: no se lo va a poner sencillo. Los de Toril aguantaron estoicamente las embestidas locales y hasta pudieron vencer en el tiempo reglamentario. Finalmente, el filial blanco le arrebató el trofeo del Teide en la tanda de penaltis, donde se impuso por uno a cuatro.
Toril decidió contar desde el principio con dos de sus jugadores insignia, como son Álex Fernández y Álvaro Morata. Precisamente el delantero de moda del fútbol base patrio tuvo una ocasión muy clara de poner delante a los suyos. Fue en el minuto 29 y la intervención de Cristóbal, guardameta del Tenerife, evitó que se abriese el marcador. Seis minutos antes el arbitró se encargó de romper el equilibrio del encuentro, al expulsar a Lucas Vázquez.
Así las cosas, el filial se vio obligado a concentrarse en tareas defensivas y lo consiguió a la perfección: se mantuvo firme atrás y desbarató cualquier tentativa de peligro de los locales (el choque se disputó en el estadio de Los Cuartos). Tras el intermedio, el cuadro local bajó varios enteros en intensidad y juego y finalmente el ganador se dilucidó desde la línea de once metros. El Castilla fue mucho más efectivo y venció por uno a cuatro.
El Juvenil A triunfó en Laredo
Por otra parte, el ‘Juvenil A’, que llevaba ya diez días ejercitándose, comenzó su andadura veraniega adjudicándose el torneo de Laredo. El equipo dirigido por Tristán Celador venció con solvencia a la Real Sociedad en la final, por cuatro goles a dos. Su preparación continuará en tierras portuguesas, en el torneo de Guarda, que se disputará del próximo 12 al 14 de agosto.
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