Se trata de un escándalo sin precedentes que perjudica notablemente a los hombres de Alberto Toril en su lucha por ascender a la Segunda División. Penaltis inexistentes que los colegiados se inventan para favorecer al rival, expulsiones injustas destinadas a 'romper' partidos,31 amarillas en siete encuentros para condicionar sobremanera el juego blanco....Tres muestras de una realidad que merece (y debe) ser denunciada.
Porque si con la primera plantilla no se cortan y el madridismo tiene que sufrir arbitrajes penosos de por sí, con el filial es mucho peor. Los trencillas, auspiciados en la ley del 'villarato' sacan tarjetas como si fueran balas y amedrentan a los jóvenes castillistas que , partido tras partido, ven impotentes como su sueño del ascenso se disipa por decisiones de 'los de arriba'.
Toda la trama quedó en demostrada en La Roda. El pueblo castellanomanchego fue testigo de como Denis fue expulsado cuando sólo se habían disputado quince minutos por ¡doble amarilla!. A eso le sumamos un penalti pitado en el minuto cuatro y la expulsión de Toril. Un capítulo más de un complot que parece tener clara una única consigna: que el Castilla no dispute la fase de ascenso. Por lo civil o por lo criminal. Pero no lo conseguirán, el madridismo es más fuerte que ellos, debe denunciar lo evidente y apoyar al máximo a sus jugadores. Ellos serán fuertes y harán todo lo posible para convertir al equipo en un conjunto 'de plata' a base de goles y buen juego. Siempre en el campo. No como ellos.
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