El árbitro mató al Castilla

El filial merengue acabó el encuentro con 8 jugadores tras una vergonzosa actuación del colegiado





¿Cómo es posible acabar el partido con 8 sin haber dado una mísera patada? Esta es una pregunta propia de un partido de ciencia-ficción, pero que este sábado se hizo realidad gracias a la actuación del árbitro del Colegio Valenciano Miguel Bosch Domenech. El encuentro, uno más, ante un rival como el Alcalá con el que no hay ningún tipo de rivalidad o rencilla del pasado. Todo debería haber discurrido con normalidad, pero este individuo se dedicó a perseguir a los jugadores de blanco para continuar con algo que viene siendo habitual en la categoría.

El choque comenzó con cierta igualdad, con el Alcalá queriendo discutirle la pelota al Castilla y los madridistas algo fríos ante las bajas temperaturas en Valdebebas. Sin embargo, Bosch Domenech se encargó de caldear el ambiente desde el principio. Primero, mostrándole una amarilla a Mendes por un salto en el que mostró algo los codos a su rival. E, inmediatamente después, le expulsó por una supuesta zancadilla sobre Alexander que no era digna de la amonestación. Era el minuto 20 y el Madrid se quedaba con 10 y sumaba dos amarillas más, a Morata y Mejías, por protestar la injusticia que acababan de presenciar.

Aún así, el equipo de Toril no se descompuso y siguió planteando el mismo partido, aunque con menos presencia en ataque por encontrarse en desventaja. En el minuto 41 el técnico movió el banquillo para recomponer su zaga y sacó del partido a Óscar Plano para situar a Pablo Gil. Esto le dio más estabilidad atrás al Castilla, aunque le restó presencia en el juego ofensivo. En ésas estaba el partido cuando, al borde del descanso, un jugador visitante agredía de un empujón a Morata estando el colegiado a escasos metros de la acción. Por su puesto, el trencilla se hizo el despistado en la jugada, indignando a la grada del Di Stéfano.

Así, se volvía a los vestuarios con empate a cero al marcador y con la sensación de que el peligro estaba más en el árbitro que en el Alcalá. Unas sospechas que se confirmaron con el paso de los minutos, pues en el 55 era Morata el expulsado por enzarzarse con un rival que previamente le había golpeado sin el balón de por medio. Bosch Domenech solo vio la respuesta del madridista y dejó al equipo con 9. A esas alturas el Castilla sumaba cinco amarillas y dos rojas por ninguna de sus rivales, que hasta el momento habían merecido de manera reiterada la tarjeta por continuas faltas para frenar el juego merengue.


Sin embargo, el Castilla aguantó el tipo como pudo y tiró de casta. Jesé y Juanfran tuvieron que hacer la guerra por su cuenta a la contra, si bien fueron Mandi y Ríos los que llevaron más peligro a la portería rival gracias a sus tiros lejanos. Mientras tanto, el Alcalá prácticamente no le creaba ocasiones a Mejías, gracias principalmente al gran esfuerzo de los canteranos blancos. Al final, Toril sacó toda su artillería con Denis y Joselu, pero el paso de los minutos hizo mella en los locales provocando que se difuminaran según el crono se acercaba al final.

Aunque eso sí, al colegiado aún le quedó tiempo para expulsar por doble amarilla a Álex Fernández por protestar. Era el epílogo de una actuación patética de Bosch Domenech, quien pasará a la historia como uno de los colegiados más nefastos de la Segunda División B. Y cómo no, la víctima volvió a ser el Castilla. Algo a lo que ya está acostumbrado el filial, pero que no por habitual debe ser aceptado sin reservas en el seno del club.