A falta de once jornadas para el término de la Liga regular, el conjunto que dirige Alberto Toril cuenta con una ventaja de cuatro puntos sobre el segundo clasificado. Antes de viajar a Tenerife, dicha diferencia estaba en seis puntos con respecto al Albacete. Sin embargo, los manchegos no pudieron pasar del empate ante el Toledo y dejan a los canarios como el principal perseguidor de los blancos tras el triunfo cosechado en el Heliodoro Rodríguez.
La isla volvió a ser maldita para un Castilla que mereció más, pero que al final de la jornada tuvo la suerte de no ver reducida su diferencia a tan solo tres puntos. De haber ganado el Albacete, los manchegos tendrían a tiro de un partido a los de Toril, que además cuentan con la desventaja del gol average. Sin embargo, su tropiezo en Toledo supone un alivio para el filial blanco, que sigue dependiendo de sí mismo sin la presión de que cualquier pinchazo le puede poner en un aprieto.
Por otro lado, los blancos mantienen a siete puntos al quinto clasificado, un Oviedo que sacó tajada de los empates de Albacete y Lugo para colocarse a tan solo un punto de las posiciones de play off y de la derrota del Rayo B para superarle en la tabla. Esta diferencia que parece amplia hace dos jornadas estaba en once puntos. El equipo de Toril deberá mantener la concentración para no caer de esa ansiada primera posición que da derecho a dos oportunidades en las eliminatorias por el ascenso. Por el momento, el colchón sigue sin ceder, pero no se debe dar lugar a que pueda hacerlo.
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