Jesé-Denis, sociedad de tres puntos

En una semana en la que el nombre propio de la cantera había sido Jesé Rodríguez, no podía ser otro que el propio jugador canario el que tuviera su dosis de protagonismo en el único lugar en el que debe tenerlo, el terreno de juego. Así las cosas, Jesé firmó su diana número 14 de la temporada a los 21 minutos, aprovechando una buena acción de Juanfran por la parte derecha. El canario tuvo tiempo de controlar el cuero y depositarlo en el fondo de la red visitante.

Lo cierto es que el partido no pasará a la historia por el virtuosismo de ninguno, aunque sí por la practicidad de un Castilla que supo sufrir y apretarse los machos cuando el guión lo demandó. Con Casemiro en el centro del campo, que venía de jugar muy discretamente sus dos primeros partidos como madridista, ante Sabadell y la selección Sub-20, la labor de destrucción fue bastante aseada. Además, Juanfran se convirtió en un problema constante para los visitantes, especialmente durante el tiempo en el que actuó como lateral entrando desde más atrás.

Con una renta corta, el Castilla tenía claro que debía anotar otro gol si no quería acabar teniendo algún susto que le pudiera costar algún punto. Y lo consiguió. Jesé Rodríguez, excelente en el papel de asistente, le puso un gran balón a Denis para que éste armara la zurda y pusiera el segundo. El jugador ruso cruzó la pelota con un remate desde dentro del área. El cuero tocó el poste en primer lugar, y la red en segundo. Buena dosis de efectividad de los blancos. Dos grandes ocasiones y dos goles. La máxima del fútbol en cualquier categoría, pero elevado a la enésima potencia si hablamos de Segunda División.

Tras el tanto madridista, llegaron varios acercamientos peligrosos del Gudalajara. Sin embargo, ahí estuvo Tomás Mejías para hacer bien su trabajo a remates de Kepa y de Christian, especialmente destacada la parada al segundo de ellos, un cabezazo a pocos metros de distancia. Los visitantes encontraron en el balón parado la forma de hacerle daño al filial. De hecho, un balón colgado al área blanca que no pudo tocar Mejías, acabó siendo empujado por Kepa casi sobre la línea de gol cuando la zaga del Castilla ya se disponía a sacarlo. Quedaban algo más de 10 minutos. Tocaba sufrir y aguantar una renta que podía ser capital de cara al futuro.

También en eso, en veteranía y saber estar parece que ha mejorado el Castilla en relación al arranque del curso. El Guadalajara apenas se aproximó a la meta de Mejías en la recta final del partido, que fue consumiendo minutos en faltas, tarjetas amarillas y cambios. Lo justo y necesario para que los chicos de Toril no acabaran ni colgados del larguero ni con el cuchillo sobre el cuello. Pudieron respirar. Y más con el pitido final del colegiado. Tres puntos de un valor incalculable.