Los penaltis no sirvieron para ganar

El Real Madrid Castilla no pasó del empate ante el Hércules (1-1) en un duelo en el que Jesé Rodríguez falló dos penaltis para el equipo de Toril.





Puede estar peleando por los puestos de abajo, pero no se le puede negar al Castilla que deje indiferente a la gente con su forma de jugar. Salvo muy contadas excepciones, lo cierto es que ver un partido del primer filial del Real Madrid es como ir al cine a ver una película de acción, de las que te mantiene en tensión.

Para la visita del Hércules, además, Alberto Toril contó con los refuerzos de Nacho y Morata. Un defensa y un delantero, respectivamente. Dos de las posiciones más importantes dentro de un terreno de juego. Además, Casemiro siguió sumando minutos desde la alineación inicial, y Toril demostró que si de algo no se le puede calificar es de defensivo, pues puso de inicio a Borja, Denis, Jesé y el mencionado Morata. Hablamos prácticamente de cuatro delanteros.

El inicio del partido fue dinámico. Al Hércules se le notaba desde el inicio que prefería tirar de pausa y veteranía. El Castilla era todo lo contrario, velocidad, improvisación y ritmo frenético. De esta forma, las primeras ocasiones de peligro fueron para los blancos, destacando especialmente un remate cruzado de Jesé Rodríguez que sacó Falcón, y un disparo ligeramente cruzado que tuvo el mismo final que el de su compañero, las manos del portero.


Sin embargo, el que golpearía primero no sería el Castilla sino el Hércules. Un centro desde la derecha, de los que suele haber varios en cada partido, volvió a hacer dinamita en la defensa y portería del Castilla. La elevación de Nacho González y su posterior testarazo hicieron el resto. Mejías miró cómo el balón se encontraba con la red con la misma cara que muestra un niño cuando le quitan su caramelo favorito. Río arriba, al Castilla no le quedaba otra que intentar la remontada.

El Hércules tenía claro que los segundos 45 minutos serían un intento de acoso y derribo por parte del filial madridista. De esta forma, los alicantinos montaron el autobús, la tienda de campaña y el camping gas. Cualquier medida era poca para intentar frenar a un Castilla que poco a poco empezaba a acular a su rival.

En el minuto 68, al filial del Real Madrid se le abrió el cielo en forma de viento a favor. Un claro agarrón/empujón del central del Hércules, Pamarot, sobre Álvaro Morata propiciaba un penalti a favor del Castilla y la segunda cartulina amarilla para el central visitante. A 11 metros de distancia del empate y un jugador más durante cerca de 25 minutos esperaban al filial. Eso sí, nadie contaba con que Jesé Rodríguez no acertara a engañar a Falcón en el lanzamiento de pena máxima. El portero despejó el disparo y bajó de golpe el subidón moral que acababa de cobrarse el Castilla tras la acción del penalti y la expulsión.

Ficha técnica

Real Madrid Castilla 1:  Mejías, Juanfran, Nacho, Mateos (Plano 73’), Casado, Casemiro (Lucas 55’), Mosquera, Borja (Álex 85’), Denis, Jesé y Morata

Hércules 1: Falcón, Cortés, Pamarot, Cabrera, Peña, Paglialunga, Bedia, Nacho (Mario 46’), Sardinero (Mora 58’), Javito (Escassi 26’) y Portillo

Goles: 0-1 Nacho (25’), 1-1 Mosquera (83’)

Árbitro: David Medié. Amonestó a Cortés, Nacho, Jesé, Pamarot, Bedia, Escassi, Peña. Expulsó a Pamarot (68’)

Estadio: Alfredo Di Stéfano (2.800 espectadores)

Como el destino, y más en fútbol, suele ser caprichoso, Falcón y Jesé volverían a tener un nuevo encuentro, en el mismo lugar, a la misma distancia y con idéntico final. Un derribo de Peña sobre Juanfran acabó en penalti a favor del Castilla. Juanfran y Morata opositaban a lanzadores, sin embargo, repitió Jesé. En esta ocasión lo lanzó a la dirección opuesta a la del primero. El resultado fue el mismo, parada de Falcón.

Después de fallar esa jugada, en el ambiente se barruntaba que esta no era la noche y que la portería contraria estaba sellada para el gol. Sin embargo, Mosquera se empeñó en derribar el muro de Falcón y sus muchachos con un estupendo remate desde fuera del área que acabó en la red del Hércules. Restaban siete minutos más el descuento, y el Castilla quería terminar lo que Mosquera había empezado, la remontada.

Un gol, el de la victoria, que aunque el filial blanco intentó buscarlo por tierra, mar y aire no acabó llegando al estadio Alfredo Di Stéfano, que acabó con un mal sabor de boca por un empate que supo igual que una hamburguesa sin carne ni kétchup, es decir, a muy poquito.