1955, el debut del Real Madrid en la Copa de Europa

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Todo se empezó a gestar en 1955. En concreto, en abril de ese año. Por entonces la UEFA se acababa de formar - lo había hecho sólo un año antes- pero el organismo no estaba dispuesto a colaborar en la creación de una competición continental de clubes. Sin embargo, el 2 de abril representantes de 18 clubes europeos - entre ellos el Real Madrid- se reunieron en el hotel Ambassador de París bajo el auspicio del rotativo francés L'Equipe, el cual quería crear una campeonato continental que reuniera a los mejores equipos de Europa. En este encuentro se elaboraron los estatutos, el reglamento de la competición e incluso se sorteó la primera jornada del campeonato, el cual debía iniciarse sólo unos meses después.

Y es que aún quedarían varias semanas de duro trabajo y esfuerzos por parte de estos pioneros, pues la reticencia de la UEFA y la FIFA no facilitaron las cosas en estos comienzos. Pero la ilusión y las ganas acabarían dando frutos de forma satisfactoria. En julio de ese mismo año la Federación Española confirmaba la inscripción del conjunto blanco en la nueva 'Copa de Campeones Europeos' y el 4 de septiembre en Lisboa se disputaba el primer partido de la historia del campeonato, entre el Sporting de Lisboa y el Partizán de Belgrado. Ese choque acabó con un espectacular empate a tres en el marcador, siendo el delantero local Martins el primer goleador de la historia de la Copa de Europa.

En lo que respecta al Real Madrid, el conjunto blanco participó en esta primera edición en su condición de miembro fundador de la Copa de Europa y como campeón de la Liga española de la temporada 1954/55. El sorteo quiso que el conjunto dirigido por José Villalonga tuviera que medirse en los octavos de final al conjunto suizo del Servette. Los de Ginebra habían acabado la temporada previa en el sexto puesto de la liga de su país, pero fueron invitados por la organización por ser el club de Suiza de más éxito. Así, se trataba un rival bastante idóneo para que la escuadra madrileña iniciara su camino en esta recién estrenada competición internacional.

 


Onces iniciales en el Servette-Real Madrid de 1955

Y lo cierto es que lo visto sobre el terreno de juego no desacreditó estas expectativas, pues el Real Madrid no tuvo demasiados problemas para deshacerse de un conjunto que se mostró muy defensivo y marrullero. El 8 de septiembre de 1955 el conjunto español debutó en el torneo en el estadio Parc des Sports de Charmilles ante unos 20.000 espectadores. El primer once del equipo en la Copa de Europa fue el siguiente: Juanito Alonso; Joaquín Navarro, Joaquín Oliva, Rafael Lesmes; Miguel Muñoz; José María Zárraga Luis Molowny, José Luis Pérez-Payá; Alfredo Di Stéfano, Héctor Rial y Francisco Gento.

Como decimos este debut no fue demasiado complicado, aunque a los merengues se les resistió el gol hasta la segunda parte. Tras gozar de buenas ocasiones en la primera mitad no fue hasta el minuto 79 cuando el legendario Miguel Muñoz logró superar al portero local Ruesch con un preciso tiro raso, mientras que al filo del tiempo reglamentario el hispano-argentino Héctor Rial puso el 0-2 definitivo tras una buena jugada entre Paco Gento - quien jugó lesionado parte del choque- y Luis Molowny. Al término del duelo el técnico Villalonga señaló que "no ha sido un partido fácil porque nunca puede serlo actuar contra un equipo como el Servette que emplea un 'cerrojo' tan cerrado. Y por otra parte la pelota era una 'breva' y no se podía tirar con dureza".

El partido de vuelta no se jugó hasta un mes después, el 12 de octubre de ese mismo año. Con la eliminatoria prácticamente decidida el entrenador decidió dar descanso a algunos jugadores como Oliva, Lesmes y Pérez-Payá, pero el Real Madrid no bajó el ritmo y brindó un buen espectáculo a los aficionados locales. Así, el debut europeo en el Santiago Bernabéu ante unos 40.000 aficionados los blancos golearon a su rival por 5-0 con tantos de Di Stéfano (2), Joseíto, Rial y Molowny. Con este triunfo el primer paso quedaba dado y el conjunto madrileño sellaba su clasificación para jugar los cuartos de final ante el Partizán de Belgrado de Yugoslavia. Un rival que sería otro cantar y que lograría poner contra las cuerdas a los blancos...