El único gran recuerdo de Nicolás Anelka

En DC repasamos los goles históricos del Real Madrid


Nicolas Anelka




Nicolás Anelka aterrizó en el verano de 1999 como uno de los mayores talentos de Europa del momento y, sobre todo, del futuro de aquel entonces. Sin embargo, el carácter introvertido del delantero terminó por sentenciarle solo un año después de fichar por el Real Madrid, donde apenas mantuvo una buena relación con alguien del club o con los aficionados.

A  pesar de esa mala campaña general con los de Chamartin, Anelka tuvo su gran semana, y fue en una de las fechas más importantes de cada temporada, en las semifinales de la Champions League y, además, ante el Bayern de Munich.

El gol del que aquí hablamos ocurrió en el encuentro de vuelta en el olímpico de Munich. Sin embargo, para entrar en contexto y ensalzar más la actuación del galo, hay que remontarse al partido de ida de aquellas semifinales europeas, donde el Real Madrid ganaría al Bayern por 2-0, con Nicolás Anelka abriendo el marcador en el minuto 3. Ya con ese tanto, había ganado su cuota de protagonismo.


6 días después, y con ese gran resultado en el encuentro de ida, los de Vicente del Bosque viajaban al campo de batalla de un eterno enemigo europeo, al que muchos calificaban de ‘bestia negra’. Y el comienzo fue para temblar.

Saliendo en tromba, los alemanes lograron adelantarse en el marcador en el minuto 12 mediante Carsten Jancker. Se ponían a un gol de forzar la prórroga y con el público ’incendiando’ la moral de los futbolista del Real Madrid. El Bayern apabullaba y los blancos no sabían cómo salir del apuro. Hasta un gol anularon a Elber para los bávaros.

Con todo el peso del ataque alemán en ciernes, el Madrid pudo hacerse un hueco y acercarse al área rival en el minuto 33. La pelota la aguantaba el zurdo Savio Bortolini por su carril. Se la puso en su pierna mala y centró.

Corriendo desde el borde del área chica hacia el penalti apareció él. Nicolas Anelka se elevaba de espaldas a la portería de Oliver Khan y superando en  el cabezazo al contundente Kuffour. La pelota voló hacia la izquierda del odiado portero alemán, haciendo inútil la estirada del mismo y anotando el gol imprescindible para acceder a la finalísima de París.

 

Aún quedaba mucho por delante, pero el Bayern de Munich tenía que marcar 3 goles para eliminar al conjunto más laureado de Europa entones…  y más ahora. Finalmente, solo pudieron ganar el partido tras un gol de Elber. Insuficiente para que Anelka se ganase gran parte del pastel de la octava Copa de Europa del Real Madrid.