El regalo de Reyes de Zidane

Repasamos los goles históricos del Real Madrid





En el verano del año 2001 Florentino Pérez le pasó una servilleta por debajo de la mesa a Zinedine Zidane con el contenido que ya todos sabemos. No mucho tiempo después llegaba el segundo galáctico al Real Madrid, tras la bomba de Figo un año antes. Estrella contrastada con un Mundial -y dos goles en la final-, un Balón de Oro y dos galardones al mejor jugador FIFA -luego ganó otro- para coleccionar, Zidane cambió el Calcio italiano por el fútbol español. Un cambio que, a priori debería beneficiar su fútbol. Así fue, aunque costó.

Tras unos primeros meses de dudas, el centrocampista galo fue entrando en calor con el paso de los partidos, asumiendo el cambio de estilo en la competición, haciendo caso omiso a las malas lenguas que criticaban su fútbol, así como los pitidos que se dejaban escuchar en el Bernabéu. ¡Ay el Bernabéu! Si entonces supieran lo que iban a ver en enero...

Fu el 5 de enero. Noche de Reyes y muchos niños en las gradas. Zidane decidió que no tuviesen que esperar una noche más para empezar a recibir los regalos. El Real Madrid llegaba segundo y recibía al líder, el Deportivo de la Coruña, que aventajaba a los blancos por un punto de diferencia. Además, este menú estaba salpimentado conque era la jornada decimonovena, lo que quería decir que se jugaban el campeonato de invierno.


El partido comenzó como una moto y ya en el minuto 5 Morientes aprovechaba una magistral asistencia de Raúl para adelantar al Real Madrid. Sin embargo, poco duró la alegría merengue. Apenas pasó un minuto de la reanudación tras el tanto, cuando Pavón cometía un penalti sobre el hoy reciente entrenador del Deportivo de la Coruña, y para más inri, canterano del Real Madrid, Víctor Sánchez del Amo. Roy Makaay no falló y puso las tablas en el minuto 7.

Pero la locura siguió. A lo grande.

De nuevo, dos minutos después, aunque en realidad pasaron 50 segundos desde que el Madrid sacó de centro. El equipo entrenado entonces por Vicente del Bosque elaboró una juagada larga y trabajada, aunque a tropezones.

Figo se hizo con una pelota dividida en tres cuartos de campo, por la zona central. Se apoyó en Morientes, que se la devolvió de primeras, dejando al luso en una buena posición de ataque cerca de la frontal del área. Sin embargo, la telaraña gallega se cerró bien y Figo tuvo que dársela a un Zidane algo más a vierto a unos metros suyo. Lo siguiente requiere un párrafo a aparte.

El francés la controlo en la unión de la media luna con la frontal y empezó una carrera adentrándose en la zona roja, para amagar, pararse y pasarse el esférico a su guante derecho. Héctor, el sufrido defensa del Dépor, aguantó estoico el primer engaño de ‘Zizou’, pero no el segundo. Ni él ni los otros tres que estaban detrás. En un movimiento rápido tras ese primer amague, Zidane piso de nuevo el balón para volver a perfilarse a la izquierda, y ahí si encontró vía libre para el disparo.

Su potente chut con la izquierda dobló los guantes a Molina y llevó oro, incienso y mirra a las gradas del Santiago Bernabéu. Un golazo que se disfruta más viéndolo que contándolo. Un golazo en su primer año como madridista que se recordará como el segundo mejor tanto del francés con el Real Madrid. Obvio nombrar el mejor.

P.D. Una vez pasada la locura festival de los primeros diez minutos el partido acabaría con un 3-1 favorable al Real Madrid, cerrando el marcador Raúl, y siendo los blancos campeones de invierno.