El 20 de mayo de 1998 el Real Madrid llegaba a la final de la Copa de Europa con el cartel de víctima ante una Juventus que había hecho un fútbol espectacular durante todo el año. Sin embargo, con un golazo de Mijatovic en el minuto 66 se consiguió la Séptima en un día inolvidable para el madridismo, ya que se ponía fin a una racha de 35 años sin levantar el máximo entorchado continental.
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