1965: El Feyenoord torció el camino inicial hacia la 'Sexta' (REPORTAJE JAIME - NO TOCAR)

Repasamos en este reportaje las mejores imágenes del Madrid a través de su historia


Puskás remata en un lance del partido entre el Real Madrid y el Feyeenord (1965)




Sin embargo, al menos el equipo mantenía al mismo entrenador que había logrado la última Copa de Europa, Miguel Muñoz, así como a Paco Gento y Ferenc Puskàs, otros dos grandes referentes en la conquista de la 'Quinta'. En consecuencia, este núcleo de veteranos había sabido adaptarse a la renovación que había sufrido el Real Madrid en los años anteriores, ya que jóvenes como Zoco, Grosso, Velázquez o Pirri habían llegado para dar el lógico relevo generacional. Con el tiempo incluso este Real Madrid pasaría a ser conocido como el 'ye-yé', dado el contexto social y cultural en el que se movía España en esos años.

Los blancos comenzaron la temporada 1965/66 con el doble objetivo de defender su título de Liga - acumulaban cinco temporadas seguidas lográndolo - y volver a recuperar el trono europeo. Al final paradójicamente sólo cumplirían el segundo, aunque su inicio en la competición continental no fue el deseado. En la primera ronda, de dieciseisavos de final, el sorteo emparejó al equipo con el Feyenoord holandés, un conjunto escurridizo que contaba con jugadores de buen nivel como el defensa Kraay y el delantero Venneker. El partido de ida se jugó en Rotterdam y. aunque Puskàs adelantó a los suyos en el minuto 35, los locales no se amedrentaron y lograron remontar la contienda en la segunda parte gracias a los goles del propio Venneker y Bouwmeester.

Así pues, la eliminatoria viajó a Madrid con una desventaja para los blancos de 2-1. Hasta 2.000 seguidores holandeses se dieron cita en las gradas del Santiago Bernabéu el 22 de septiembre de 1965 con la esperanza de lograr la machada de eliminar al 'pentacampeón' de Europa, aunque su sueño no tardaría en esfumarse. En concreto, lo que necesitaron Puskàs y el Real Madrid para anotar los cuatro primeros goles del partido. En 45 minutos los blancos ya habían sentenciado el partido gracias al hat-trick del hispano-húngaro y a otro tanto de Grosso, aunque todavía quedaba que Puskàs cerrara el 5-0 definitivo con su cuarto gol de la noche en la segunda parte. Una abrumadora diferencia que enfadó al cuadro visitante, tal y como se puede apreciar en la imagen que acompaña a estas líneas. Y es que los holandeses no se marcharon de Madrid sin dar algo de 'guerra' en forma de tangana.

Imagen de la tangana que se produjo en el partido de ida disputado en Holanda


Imagen de la tangana que se produjo en el partido entre el Real Madrid y el Feyenoord (1965)

En la siguiente ronda, la de octavos de final, el rival a batir fue el Kilmarnock escocés. Y al igual que ante los holandeses, el Real Madrid no hizo todos los deberes en el partido jugado en Escocia. Los británicos se adelantaron con un gol de penalti en el minuto 22, aunque por suerte Pirri igualó poco después la contienda. Posteriormente Amancio adelantó a los suyos en la segunda parte, pero los locales lograron establecer el empate definitivo a dos gracias a un tanto de McInaly. Así que el duelo de vuelta se disputó en un contexto de incertidumbre. pero una vez más el Bernabéu no dejó lugar a dudas. Y eso que McIlroy logró meter el susto en el madridismo al marcar primero, si bien los españoles solo tardaron un minuto en darle la vuelta al electrónico con goles de Pirri y Félix Ruiz. Después un doblete de Grosso y un gol de Gento servirían para poner el 5-1 final y meter al Madrid de lleno en cuartos.

Allí les esperaba el Anderlecht, el equipo que en 1962 les había apeado de Europa a las primeras de cambio. El destino había dado al Madrid una oportunidad de revancha, aunque las cosas no empezaron nada bien en la ida jugada en el estadio Constant Vanden Stock. A los dos minutos de juego el delantero local Vant Himst adelantó a los suyos en el partido y metió el miedo en el cuerpo de los madridistas. Durante 88 minutos más los once jugadores merengues sufrieron de lo lindo ante el evidente dominio de los belgas, pues el Anderlecht incluso remató dos veces a los palos de la portería de Betancourt. Además, para colmo de males, Calpe se lesionó durante el partido y tuvo que permanecer en el terreno de juego hasta el final.

De nuevo el Real Madrid regresó a casa con un 1-0 en contra y de nuevo acabaría remontando para seguir vivo en la Copa de Europa. Gracias a un gran arranque, los madrileños se colocaron 2-0 en el partido con los goles de Amancio y en la segunda parte otro doblete de Gento llevó la ventaja hasta los cuatro tantos. Sin embargo, los belgas no se rindieron y en los cinco minutos finales Jurión anotó dos dianas para poner la eliminatoria en un puño con el 4-2. Sin embargo, no habría tiempo para más y el equipo merengue lograba así una nueva clasificación para las semifinales, cimentada principalmente en la solidez mostrada en los partidos jugados en el coliseo de Chamartín.