Madridismo, un ejercicio de libre pensamiento, tolerancia, voluntad y…





Acá me encuentro nuevamente, sentado frente al teclado, pensativo, ensimismado, tratando de encontrar la vía para acometer la siempre difícil tarea de compartir, vía oral o escrita, aquello que se siente. Hoy comprendo una vez más al pensador cuando dijo eso de que, “… de todo aquello que pensamos lo más hermoso no es aquello que decimos, si queremos expresar lo que sentimos, lo más hermoso es aquello que callamos”. Ahora me muestro de ejemplo… queda confirmado...

No sé… pero lo peor es que debería ser sencillo(al menos en este tema), pues lograr que en una vida tan compleja como es la moderna, donde las penas y necesidades no faltan, que algo con lo que no naciste, o no creaste, o a lo que no le debes la vida, te domine por completo, y te haga reír, saltar, correr, gritar como un poseso, llorar, sufrir o cambiar de humor como por arte de magia… debe ser cuanto menos sospechoso, interesante, o “descriptible”. Y lo juro, me importa mucho lograrlo, porque siempre veo en los ojos de los “cuerdos” que me rodean, el asombro ante lo inexplicable de mis reacciones cuando entro en trance luego de un gol, una derrota, una injusticia, una tertulia, o una victoria. Reconozco que lo peor de este sentimiento es que a veces me hace lucir mal, me destapa una faceta que no quiero mostrar ante mis improvisados invitados al “show”… pero es que no lo controlo, no logro guardar las formas, me domina, actúa por mí, es una fuerza extraña que me vence…

De cualquier manera, hoy estoy tranquilo porque intentarlo ante ustedes, mis hermanos madridistas, quienes mejor me entenderán, debe ser un espejo de esta locura bendita que constituye ser parte de este clan conquistador y victorioso… algo que mis “adorados cuerdos”, mientras lo estén, no entenderán jamás, porque es de esos fenómenos que como dije antes, las palabras no describen en lo absoluto… solo un sentimiento: “ser MADRIDISTA”.

Lo primero que descubrí es que soy fiel, que pase lo que pase ahí estaré para dar mi sangre por los míos; lo soy entre otras cosas porque soy valiente, visto mi escudo en las victorias y en las derrotas, y reconozco que la “traición es arma de la que sólo se valen los que son incapaces de toda lucha franca y honrada”. Lo segundo que encontré es que soy tolerante, valoro cada crítica, cada criterio en contra, y cada aplauso. Intento alejarme del servilismo y de la egolatría. Acepto la diversidad, al “otro”, e intento colocarme en su lugar y proteger su derecho a pensar diferente a mí por ilógico que me pueda parecer en principio… Es que pienso siempre que tal vez yo en su realidad y con sus experiencias pensaría igual, y no me gustaría para nada que me repudiaran por ello. Intento soportar esa tolerancia en el respeto.


Me descubro intransigente (dentro de mi tolerancia)… en su versión positiva creo yo… no transijo en cuestión de principios, en la defensa de mis hermanos, de mi escudo y de mi Real Madrid. Nada me amedrenta al momento de decir lo que pienso… donde sea y ante quien sea; ni al momento de enfundarme mi camiseta y caminar con orgullo entre los que tal vez no me perciban (los profanos a mi pasión), hayamos perdido o hayamos ganado en la hora más reciente… Encuentro además, que soy un librepensador, este ni me lo explique mucho porque lo traía claro desde fuera… nadie me impone que pensar ni que decir, nunca me ha importado que haga digestión el que decide… Reconozco que soy capaz de equivocarme, que tengo necesidad de disculparme en ocasiones, y que es posible replantearme mis ideas. Descubrí que soy un apasionado porque así la vida tiene más color; que soy adicto a mi pasión… que no puedo vivir sin mi Madrid. Que soy un soñador y, sobre todo descubrí, que tengo un gran coto de voluntad para imponerme a las trampas del destino y conservar mi fe… la fe de creer en mi Madrid sin importar la dirección del viento…

Nada, descubrí que tengo convicción de mi destino. Que soy un mensajero más, empeñado en ser el mensaje. Que no estoy solo, que soy uno más entre muchos. Que soy un aprendiz en esta legión enorme que conforma a una afición que es mucho más que una pasión… que es un sentimiento que está en corazón y cabeza… no en los bolsillos de nadie. Que soy un orgulloso Vikingo de esos que su misión, en este barco que zarpa al horizonte cada nueva temporada, es soplar el cuerno que anima a los que reman  con una armonía firme y esperanzadora, aunque también de las esencias de los errores, porque en ello nos va el destino para el que nacimos… la VICTORIA.  

Probablemente me descubra mucho mas, pero me cansa, prefiero demostrarlo, hablar puede ser simple y escribir complejo. Solo puedo decir: “gracias por existir Real Madrid”, no imaginas lo que llenas… Gracias a mis hermanos por soportar mi desahogo, se que son mas los elementos que nos unen que los que nos separan… y que esta hermandad invisible nos arropa. Sé que compartimos un gran mito como en el cuento, donde solo los elegidos nos ven vestidos… el resto reirán en la ignorancia de nuestra fe, y nos vera desnudos…              

HALA MADRID!!!