Khedira: el centrocampista 'top' de Mou

DC repasa el pasado, presente y futuro de los jugadores de la actual plantilla del Real Madrid.





Nacido en la ciudad alemana de Sttutgart un 4 de abril de 1987. De madre germana y padre tunecino, su cualidades físicas no pasaron desapercibidas para los técnicos del club de su ciudad que lo incorporaron a sus categorías inferiores en 1996. A edad temprana ya asombraba por su resistencia y por ser un ‘todocampista' sobre el que pivotaba cualquier equipo.

Su debut en la Bundesliga se produjo en el año 2006, con sólo 19 años. Pese a no destacar en la faceta goleadora en su primer mes anota dos goles y se gana a su afición. Su mejor día vestido con la camiseta del Stuttgart llegaría en mayo de 2007 después cuando gracias a un tanto suyo ganan la liga germana. Bajo su capitanía la selección alemana sub 21 conquistó la Eurocopa de la categoría en 2009.

El Mundial le abre la puerta del Madrid

A partir de ese momento Khedira es encumbrado como un ídolo en su afición, aunque su puesta de largo en el panorama futbolístico se pruduciría con su excelente aportación en el Mundial de Sudáfrica. Sami forma parte de esa gran camada de futbolistas germanos que se postulan como los grandes rivales de la selección española en las próximas citas internacionales.


Sus grandes actuaciones en la Copa del Mundo le suponen un pasaporte de lujo hacia los mejores clubes de continente. Se habla de Bastian Schweinsteiger, de Özil y de Muller, pero los entendidos no se olvidan de Khedira y tampoco lo hace José Mourinho.

La llegada de ‘The Special One' vienen con una petición por su parte: necesita un centrocampista ‘box to box'. Se habla de Gerrard y de Lampard, pero el escogido es Sami Khedira. Probablemente no tenga el nombre y el brillo de los otros, pero el luso conocía la calidad del mediocentro de raíces tunecinas. Por una cantidad cercana a los 10 millones de euros, uno de los futbolistas más queridos y respetados del Stuttgart tomaba rumbo en dirección al Real Madrid.

 

Como esa balanza destinada a equilibrar el contrapeso que puede generar el impresionante ataque blanco, Sami no brilla pero tampoco desentona en su primera campaña de blanco. Esta claro que su labor y despliege físico no se ven en los resúmenes de los partidos.

Especialmente célebre respecto a su persona se hizo la palabra ‘top' cuando su propio entrenador destacó el trabajo de Khedira en un encuentro frente al Hércules que tuvo lugar en el Rico Pérez en la temporada pasada.

En muchos partidos en los que brilla Xabi Alonso, en los que el tolosarra puede estar más desahogado de la presión del rival , es Khedira el que distrae a sus rivales para darle ese momento de respiro.

El entrenador blanco no esconde que Sami es básico en su esquema. Juegue o no e independiente de que su trabajo en el centro del campo sea más o menos oscuro. Khedira siempre cumple, trabaja como el que más cada minuto y da todo lo que tiene.

Clave también para sus compañeros 

Desafortunadamente, una inoportuna lesión le mantiene alejado de los terrenos de juego el tramo final de la pasada temporada y su ausencia en el ‘rally' de clásicos debilita sensiblemente al equipo en la zona ancha.

Lesiones aparte, nadie discute las capacidades y la importancia de Khedira en la plantilla merengue. Fuerte, de físico privilegiado y muy solidario con sus compañeros sobre el tapete verde. Es de los integrantes de la plantilla merengue que mejor repetición de esfuerzos a máxima intensidad tiene, un hecho que evidencia una de sus mejores cualidades : la resistencia física.

Este incansable futbolista completó su primer año con la elástica merengue con 50 partidos oficiales en las tres competiciones. No anota goles y eso es algo que le achacan muchos de sus detractores.

Pero a Khedira no le hace falta anotar goles para que se le reconozca su labor. Donde el alemán muestra sus credenciales es en los intangibles. Aquello que no se aprecía en las frías estadísticas y que sus compañeros ven en el terreno de juego: Khedira es un centrocampista ‘top' en lo suyo. Los que verdaderamente tienen que saberlo lo saben. Y, por eso, confían en él.