Camacho, la furia madridista

Raza, corazón y alma del Real Madrid, todo en uno


José Antonio Camacho




Probablemente no era un maestro del regate, ni tampoco destacara por ser demasiado decisvo en el ataque, pero si hay algo que no se le puede negar es el hecho de poseer un alma incansable. Y muy blanca, pues Camacho fue durante cerca de quince años santo y seña del Real Madrid.

Nacido en la localidad murciana de Cieza un 8 de junio de 1955, José Antonio Camacho se estrenó en el deporte rey portando las botas del equipo juvenil del Albacete, ciudad a la que tuvo que emigrar junto con sus padres desde muy pequeño. Allí, desde sus primeros partidos se le notaba madera de líder una virtud que supo ver el por aquél entonces seleccionador nacional juvenil de la categoría, Héctor Rial, y que le llevó a debutar con el primer equipo de la escuadra manchega que militaba en Regional.

Su corazón blanco le llevó al Madrid

Ese no era el sitio de un jugador joven, pero de inmensa categoría y tanto Real Madrid como FC. Barcelona pelean por hacerse con sus servicios. Su corazón es merengue, por lo que obviamente se inclina por la entidad de Concha Espina.


En el conjunto blanco le ven como la pieza ideal para reforzar al Castilla. Allí es donde llega en 1973, desde donde tras disputar unos pocos partidos, debuta con el primer equipo en la temporada 1973-74. Había derribado la puerta por sus propios méritos y sería un futbolista que permanecería muchos años en la disciplina blanca. Su debut en la Rosaleda de la mano de Luis Molowny a cinco jornadas del final, supone un aviso a los veteranos ante la mala temporada de un equipo que finalizó la Liga en el octavo lugar de la tabla.

Al año siguiente, cuando aún no había llegado a los veinte años es titular, juega todos los partidos y colabora activamente en la consecución del título de Liga. Un futbolista que siempre recordará a Camacho como una sombra que le perseguía de forma inagotable durante los 90 minutos del partido es Johan Cruyff. El considerado como mejor jugador del mundo de aquella época tenía en el defensa murciano a la horma de su zapato. Se vieron las caras en dos ocasiones y en inguna de ella fue capaz de brillar el genio ‘tulipán'.

Se recuperó de una lesión terrible

Desde la banda izquierda era un puñal que se convirtió en el mejor ‘socio' posible de Carlos Alonso Santillana. Pronto se convirtió en uno de los mejores laterales zurdos del continente. Todo iba encaminado a que el Mundial de 1978 sería la cita de su consagración pero una inoportuna lesión unos meses antes en un frío 5 de enero estuvo a punto de acabar con su carrera: había sufrido una rotura de ligamentos cruzados en su rodilla izquierda , a la que habría que añadir una rotura de menisco.

Una lesión que podría comprometer el futuro de cualquiera, pero no el de un hombre con el corazón y el carácter de Camacho. Pese a su tremenda fuerza de voluntad, se pierde la temporada y la cita mundialista y regresa a los terrenos de juego veinte meses después y repuesto de dos operaciones. Estaba muy claro que Jose Antonio Camacho era un jugador fortísimo, tanto física como mentalmente.

Un hombre clave en en la recuperación de lateral fue el entonces entrenador madridista Vujadin Boskov, Según reconoce el propio futbolista el hecho que el míster le transmitiera su confianza cada vez que pasaba por el gimnasio fue vital para su completa recuperación.

Después de regresar a las canchas quizá perdió algo de velocidad, pero permaneció en el Real Madrid hasta la campaña 1988-89. Como muestra de que su terrrible lesión se quedó sólo en un mal recuerdo está el hecho de que las siguientes temporadas encadenó mas de 28 encuentros de Liga cada año.

El ‘padre' de la Quinta

A mediados de los 80 la llegada de la Quinta del Buitre demuestra que una nueva generación de futbolistas comienza a abrirse paso. El papel del defensa como ‘padre espiritual' de los jóvenes canteranos capitaneados por Butragueño le hace ser decisivo, incluso cuando sus apariciones sobre el césped empiezan a ser menos regulares.

En sus 16 temporadas con la elástica del Real Madrid juega un total de 577 partidos oficiales en los que anota 11 goles. En elllos gana 8 ligas , 3 Copas, 2 UEFAS, 2 Supercopas de España y una Copa de la Liga.

Sería una osadía elaborar perfil de Camacho sin mencionar su enorme trayectoria con la selección española.Vistió en 81 ocasiones la elástica del combinado nacional y se mantuvo durante muchos años como su principal símbolo.

El de Cieza se retiró en 1989 con muchas batallas a sus espaldas y con ganas de mostrar su sabiduría en los banquillos. Comenzó su carrera como técnico como segundo de Di Stéfano en el Real Madrid para probar fortuna después en banquillos como los del Rayo Vallecano o el Espanyol. Llegó al Sevilla y después de nuevo al conjunto madridista en dos ocasiones, pero desavenencias con la directiva en la primera ocasión y los malos resultados al inicio de su segunda etapa, impidieron que triunfara con el equipo de su vida manejando un vestuario. A su favor también tenemos su etapa al frente de la selección española.En la actualidad continúa siendo un técnico codiciado en los banquillos.

Raza, trabajo, lucha y corazón. Son actitudes que el madridismo valora sobremanera. Y todas ellas las tenía Camacho en cantidades industriales. Porque es indudable que se trató de uno de los mejores exponentes de la furia madridista.