Mesut Özil, el 'Houdini' blanco

DC repasa el pasado, presente y futuro de los jugadores de la actual plantilla del Real Madrid


Mesut Özil




Mesut Özil nació el 15 de octubre de 1988 en Gelsernkirchen ( la ciudad donde juega el Schalke 04 de Raúl) y es hijo de inmigrantes de segunda generación nacidos en Turquía, donde en la actualidad pasa sus vacaciones siempre que puede. Jugó en equipos menores de la ciudad hasta que su talento no puede pasar desapercibido para los ojeadores del conjunto con más solera de la región. Dotado de una gran técnica y de la visión de juego de un privilegiado, Mesut pronto es considerado como una de las estrellas con más futuro del Schalke.

En su año de debut en la cantera marca 10 goles y es clave para la conquista de la Bundesliga sub-19. En agosto de 2006 se estrena en la primera división de la liga germana contra el Eintracht. En enero de 2008 se marcha al Werder Bremen a cambio de 4,3 millones de euros. Marca su primer tanto en competición liguera al Kalsruhe en 2009 y ese mismo año es clave para que los suyos conquistaran la Copa alemana, anotando un tanto.

Özil ya es un jugador con nombre en Alemania pero su puesta de largo en el panorama internacional llegaría en el Mundial de Sudáfrica. En la cita mundialista que finalizó con victoria de España, Özil forma parte de esa generación de futbolistas que están llamados a discutirle los trofeos internacionales a los de Del Bosque.

 


Los Muller, Khedira, y compañía tienen en Mesut a su faro más brillante y el seleccionador teutón Joachim Low ve en él a su comandante de operaciones. Estaba claro que no iba a permanecer mucho tiempo más en el Werder Bremen.

Tras su estupendo Mundial, los grandes de Europa no dejan de preguntarse sobre la identidad y el precio de ese centrocampista con mucha calidad en sus botas y veneno mortífero en sus pases. En el país teutón deja una trayectoria de 106 partidos 15 goles y 43 asistencias.

El Madrid no le deja escapar

Sin embargo, Florentino Pérez queda encandilado por la calidad de Özil y sabe que tiene que adelantarse a sus competidores en la puja por hacerse con sus servicios. Los germanos no quieren dejarle escapar e incluso se habla de que el Bayern puede hacer un esfuerzo para retenerle en la Bundesliga. Nada de eso sucede, el jugador sueña con desplegar su talento en el Santiago Bernabéu y el Werder termina aceptamdo la oferta del Real Madrid cercana a los 15 millones de euros.

En un primer momento y aunque había mostrado su categoría en los campos de Sudáfrica la gente es escéptica respecto a su rendimiento y continuidad en una entidad de la importancia del conjunto merengue.

No obstante, la lesión de Ricardo Kaká en los primeros compases de la pretemporada le abre las puertas de la titularidad y el germano con raíces turcas no decepciona. Pronto se hace un habitual en los onces de Mourinho y llama la atención por su clase tanto en la prensa especializada como en los conjuntos rivales.

 

Özil se convierte en una de las sensaciones de la temporada pasada. Se adapta como un guante al juego rápido y vertical del Real Madrid y como si de un asesino silencioso se tratase fulmina al contrario con sus pases y tiene una sangre fría especial de cara a portería. Los más ilusionados llegan a compararle con Zinedine Zidane por su tremenda capacidad para combinar y generar ocasiones de gol en los últimos metros. Ese último pase se convierte en su mejor especial y augura muchas tardes de gloria para el equipo madrileño.

Un talento al que se debe esperar

El talento, la calidad, una movilidad inusitada en ataque y una zurda ‘mágica' son sus mejores virtudes. En España las pone de manifiesto en la 2010-2011 con 53 partidos jugados 10 goles y 23 asistencias en las tres competiciones son unos números difíciles de creer para un debutante en un equipo como el Real Madrid .

Todo el madridismo depositó muchas esperanzas en Özil. El buen paladar de los aficionados blancos detectó en él a un futbolista con enormes capacidades y con muchas opciones de disputar el Balón de Oro en el futuro. Su estimable pretemporada y una exhibición con Alemania parece encumbrarle a lo más alto.

La temporada pasada fue bastante buena para Mesut Özil. Pese a un comienzo algo titubeante, resultó ser un hombre clave en el equipo de los récords que reconquistó la Liga de los 100 puntos y los 121 goles. Con cierta intermitencia, pero con gotas inagotables de calidad, a medida que mejora su condición física lo hace también su consistencia y regularidad. La llegada de Luka Modric no sólo le ha traído la competencia necesaria para hacerle mejor, sino también un socio con el que encontrarse de cara a combinaciones mortales cerca del área rival. La magia de Özil sigue creciendo y de él depende decidir dónde estará su techo.