Paco Buyo, la 'pantera' de Betanzos

DC repasa la carrera de algunos de los mejores jugadores madridistas de la historia


Paco Buyo




Francisco Buyo Sánchez nació en Betanzos (La Coruña), el 13 de enero de 1958. La pasión por el deporte rey estuvo presente desde su nacimiento y el joven Buyo nunca fue ajeno a ella. De hecho, su hermano Antonio llegó a jugar de defensa central en el Betanzos. Se da la curiosidad de que Paco daría sus primeros pasos en el mundo del fútbol jugando en dos posiciones distintas, pues en el Ural llegó a ser un portero imbatido y, al mismo tiempo, el máximo goleador del equipo.

De al pasó al Betanzos, donde comenzó a llamar la atención de los principales equipos gallegos como el Celta, el Depor o el Pontevedra. Sin embargo, tuvo que emigrar al Mallorca, donde con un sueldo de 16.000 pesetas al mes y 100.000 de ficha anual logra hacerse un hueco. Deportivo y Huesca son sus siguientes destinos hasta que en la campaña 80-81 el Sevilla le da la oportunidad de debutar en Primera.

En el club hispalense no tarda en lograr la titularidad y en hacerse con importantes galones. Tanto gustan sus actuaciones que la Selección Española llama a su puerta y Buyo es titular en el decisivo e histórico encuentro del 12-1 a Malta. Seis años en Sevilla dan para hacerle un nombre en la máxima categoría y para que el Real Madrid contemple la posibilidad de ficharle.

Un portero para la Quinta


En el verano del 86 Ramón Mendoza decide incorporarle para que forme con Hugo Sánchez, Gordillo y Maceda la'Quinta de los Machos', el complemento perfecto para la del Buitre. Leo Beenhaker no duda ni un segundo en que Paco debe ser su portero titular desde el priincipio yBuyo no desentona en una plantilla llamada a marcar una época en España y (si no se hubiera topado con el Milan de Arrigo Sacchi) en Europa.



Fue el inicio de una época en la que Buyo se ganó las simpatías del madridismo durante una década. Su agilidad felina, la capacidad para salvar balones imposibles y aguantarles en el mano a mano y sus espectaculares despejes escribieron una página gloriosa en el libro del Real Madrid. Su primera gran noche la protagonizó en el Comunale de Turín, En la tanda de penaltis, el de Betanzos se lució y dio el pase a los blancos a los cuartos de final de la Copa de Europa.

Buyo era un portero muy intenso, que vivió con fervorosa pasión cada minuto de su dilatada carrera. Como muestra de ellos están las polémicas en las que estuvo inmerso en su carrera deportiva, muchas de ellas relacionadas con el estamento arbitral, aunque todas ellas tuvieron como denominador común la defensa del Real Madrid. Las cinco Ligas consecutivas de la Quinta tuvieron a Buyo como protagonista absoluto en la portería.

Permanecerá siempre en la memoria

Pero, Paco también saboreó derrotas amargas como las sufridas en Europa durante aquel lustro o los descalabros de Tenerife unos años después. Fueron pasando los jugadores, los entrenadores, e incluso los directivos, pero Buyo siempre se mantuvo ahí en los buenos y en los malos momentos. Ni siquiera las derrotas más amargas doblegaron su voluntad.

El cambio de ciclo no llegó para él, pues con Floro, Valdano y Capello contó con oportunidades, a pesar de que en su última etapa ya estaba cerca de los 40. Siempre se decía que estaba al borde de la retirada, pero Buyo siempre sacó fuerzas para continuar siendo importante entre los jugadores madridistas. En la actualidad, es habitual verle defendiendo la meta del conjunto blanco en torneos de veteranos.



A lo largo de sus once años en la plantilla madridista Paco Buyo disputó la friolera de 454 encuentros en todas las competiciones en los que hubo cabida para todo: Para los truinfos, para las decepciones, para las noches estrella y para las estrelladas, para paradas imposibles y para errores fatídicos. Por lo mucho bueno y por lo poco malo, Buyo permanecerá para siempre en la historia del Real Madrid.