Raúl González, el corazón madridista

DC repasa la carrera de algunos de los mejores jugadores madridistas de la historia


Raúl González




16 años después de aquel esperanzador debut en territorio maño, el ariete se da cuenta de que hombres como Karim Benzemá o Gonzalo Higuaín llega desde atrás con mucha fuerza y le cierran las puertas de la titularidad . Un  José Mourinho recién llegado al banquillo blanco le trata con sinceridad y respeto en una conversación telefónica antes de la presentación del técnico luso en el  Santiago Bernabéu. “No sé si jugarás muchos partidos, probablemente no seas titular, pero te quiero en mi equipo", le asegura .

Amablemente, el legendario ‘7’ madridista declina la invitación y , aunque asegura que volverá al Real Madrid cuando cuelgue las botas, decide abandonar el club de su vida para iniciar una nueva aventura en el Schalke alemán. Por supuesto, allí gracias a su corazón y espíritu de lucha también triunfa.

Pero, para que Raúl triunfe en la Bundesliga  como uno de los mejores delanteros de la competición aún queda un largo camino por recorrer. Una travesía gloriosa que se inició el 27 de junio de 1977, en el madrileño barrio de San Cristóbal de los Ángeles, perteneciente al distrito de Villaverde. En la Colonia Marconi, el niño Raúl ya da muestras de su calidad, competitividad y espíritu deportivo. El Atlético de Madrid, equipo del que es aficionado su padre, es el primero en interesarse por las evoluciones de este joven que parece llevar el gol en la sangre.

No tarda en manifestarlo con 65 goles e impulsa a su equipo hasta el campeonato de  España Infantil desde la posición de interior izquierdo. Al año siguiente revalida el título, pero Jesús Gil se ve obligado a prescindir de la cantera colchonera, señalando problemas económicos.

Es entonces, cuando  el Real madrid no duda en pescar a Raúl para sus filiales. Allí, un jugador todavía imberbe deleita a todo aquél que decide presenciar un partido suyo. Pcas veces un chaval de su edad había mostrado un instito goleado tan voraz a una edad tan temprana. Con los juveniles logra 71 goles en 33 partidos, unas cifras de auténtico escándalo. Prosigue con su meteórica ascensión en la Fábrica hasta que en el año 94 sube al Real Madrid ‘C’ . En el segundo filial madridista completa unas cifras de extraterrestre (13 goles en 7 partidos) que le catapultan irremediablemente al primer equipo.

Apuesta ganadora


Desoyendo a muchos críticos, Jorge Valdano decide dar la alternativa al chaval y, si bien falla algunos goles cantados y se encuentra en otras ocasiones con las intervenciones de un inmenso portero, deja su sello, como contábamos en el punto de partida de este reportaje.

El fin de semana siguiente toca confirmar ese buen debiut en el Santiago Bernabéu ante un rival de categoría especial: El Atlético de Madrid. Ante su exequipo, Raúl no defrauda y se convierte en una pesadilla para los colchoneros. Firma una soberbia actuación provocando un penalti, asistiendo a Zamorano en el segundo y certificando la victoria con el tercero. El resultado final es de 4-2 y ya pocos en el madridismo dudan de que ha nacido un nuevo ídolo.

La apuesta de técnico argentino de sustituir a una leyenda viviente, pero que ya acusaba los años como Butragueño por un descarado prodigio del gol sale  bien y Raúl comienza a ser un fijo en las convocatorias y en los onces blancos. Nueve goles en Liga, uno en Copa del Rey y el campeonato doméstico  certifican su fulgurante aparición.

Al año siguiente ya es miembro de pleno derecho de la primera plantilla y debuta en Champions siendo junto con hombres como Del Piero,  Seedorf o Kluivert el máximo exponente de una brillante nueva generación de futbolistas. Su estreno en la máxima competición europea se produce el 13 de septiembre de 1995 frente al Ajax. Su primer gran partido en Copa de Europa se produce contra el Ferencvaros a quien endosa tres goles.

Finaliza la primera fase y su participación en el torneo como máximo goleador junto a Zamorano con 4 dianas, aunque no es un buen año para el Real Madrid. En Liga consigue 19 goles en 40 partidos y pasa ya a ser considerado uno de los símbolos del madridismo.

La llegada de Fabio Capello y su Real Madrid de las estrelllas, lejos de apartarle de la titularidad le asienta en el equipo y le permite explorar su polivalencia desenvolviéndose como interior izquierdo. Sus cifras goleadoras no descienden anota 21 goles en 42 partidos y es pieza clave en la consecución de su segundo título de liga cerca de fenómenos como Suker, Mijatovic, Redondo y Roberto Carlos.

 




Sería difícil destacar un momento por delante de otro en la carrera de Raúl González  como madridista. Se puede hablar de cuando mandó callar al Camp Nou, de la Octava o de la noche de Old Traford en la que participó activamente, pero si por algo será recordado será por su aguanís en la segunda Intercontinental merengue ante el Vasco da Gama. Un go para el recuerdo en lo que será su jugada más característica.

 



Un ‘Ferrari’ blanco

Con Heynckes, Hiddink Capello, Luxemburgo, Del Bosque o Queiroz y un largo etcétera,  Raúl  siempre estuvo al píe del cañón, independientemente de la . Tres Copas de Europa, dos Intercontinentales, seis Ligas y muchos trofeos más jalonan un palmarés casi irrepeible. Cuando Fernando Hierro se refirió a él como el “Ferrari que nos pasaría a todos con sus números”, lo hizo con conocimiento de causa. Sabía que compartió vestuario con una leyenda a la alturá de ilustres de la talla de Di Stéfano, Zamora, Butragueño o Casillas.  Con la selección y, a pesar de que muchos no dudan en restarle méritos, también  debe ser considerado uno de los mejores futbolistas españoles de la historia.

 



A lo largo de sus 16 temporadas vistiendo la camiseta del Real Madrid ha batido varios récords entre ellos el de máximo goleador y el de más encuentros jugados con 323 y 741, respectivamente . Pero lo que más honra a Raúl es su competitividad, su espíritu de lucha y esa capacidad de encarnbar como nadie los valores del madridismo.

En el verano de 2010 con mucho fútbol en sus botas y sabiendo que ya era muy difícil ser titular en el Real Madrid hace las maletas rumbo al Schalke, donde va camino de convertirse en un clásico del club alemán y donde demuestra en cada partido que el ‘7’ que porta a su espalda aún tiene mucho que decir