Guti, puro talento criado en 'La Fábrica'

DC repasa la carrera de algunos de los mejores jugadores madridistas de la historia


Guti




"¿Quién es ese chico que se parece a Redondo? ¿ Juega como él? ¿También es mediocentro?" Esta pregunta se la hacían muchos madridistas en la antigua Ciudad Deportiva allá por el año 1995, cuando Jorge Valdano dio la oportunidad a Guti , un  joven centrocampista ofensivo cuyo sueño cuando era niño era triunfar en el Real Madrid como finalmentre consiguió.

 José María Gutiérrez Hernádez, Guti,  nació en la localidad madrileña de Torrejón de Ardoz, un 31 de octubre de 1976. Llegó al Real Madrid con tan sólo 9 años y ya desde entonces comenzó a dar muestras de su gran calidad. En el año 95 Valdano confía en él y en Raúl como los dos canteranos con más posibilidades de hacerse hueco con el primer equipo. Ante las comparaciones que surgían sobre su parecido con Fernando Redondo, Guti siempre respondía : " En lo único en lo que nos parecemos es en el corte de pelo". Y era cierto. Mientras el ‘Príncipe' respondía al perfecto ejemplo de ‘clásico' ‘5' argentino, Guti era más mediapunta, mas incisivo y con mayor necesidad de jugar cerca del área rival.

Su estreno con el primer equipo se produjo en la campaña 1995-96 contra el Sevilla en un encuentro muy especial para él y del que se llevó el balón firmado por todos sus compañeros. Finaliza esa primera temporada con la primera plantilla merengue con 9 partidos . La llegada de Fabio Capello no fue fácil para el madrileño ,pues si bien el italiano era consciente de su tremenda calidad, sus discusiones fueron acaloradas, lo que hizo que Guti sólo jugara 17 partidos. Con Heynckes se ganó la Séptima , pero el mediapunta seguía sin ser un fijo. En la temporada 1997-98 participó en 22 choques oficiales y una participación testimonial en el entorchado europeo.

 


 

Su mejor año, con Del Bosque

Muy distintas le fueron las cosas al año siguiente con el holandés Hiddink en el banquillo. Es entonces cuando Guti empieza a asentarse y en 36 encuentros marcaría tres goles. Mo obstante, su gran año llegaría de la mano de uno de sus padres deportivos, Vicente del Bosque con quien había coincidido en las categorías inferiores del conjunto blanco. En la 2000-2001, una lesión de Morientes obliga al técnico salmantino a colocar a Guti en la punta de lanza del ataque blanco. El brillante canterano responde de la mejor manera posible y en 32 partidos de liga firma 14 goles, en lo que representa la mejor cifra goleadora de su carrera y ayuda a conquistar el campeonato doméstico . Añade, además en sus 12 apariciones en Europa otros cuatro tantos.


A pesar de ser discutido por algunos entrenadores y prensa y de cierto pasotismo en algunos choques, es muy querido por la grada del Santiago Bernabéu y , excepto en sus dos últimos años con la camiseta blanca, no baja de los 35 partidos en las campañas venideras, una cifra que proporciona argumentos para dar su auténtica medida en lo futbolístico. 


Fueel hombre del gol 5.000 del Real Madrid en la Liga española y del 500 en la Liga de Campeones. En sus 542 partidos con la entidad de Concha Espina convirtió 77 goles y fue parte importante en las 3 Copas de Europa del Real Madrid en color , en 5 Ligas y en otros trofeos menores. Con la selección española su mal interpretada intermitencia le lleva a a tener únicamente 13 presencias.

La jugada más recordada de Guti la realizó en su última temporada ante el Deportivo de La Coruña. El de Torrejón se inventó un soberbio taconazo-asistencia a Karim Benzema que sólo él pareció ver dentro y fuera del césped. Una jugada inolvidable que permanecerá en la retina de los madridistas por muchos años. 


Después, ante la idea de que su etapa en el Real Madrid había finalizado al mismo tiempo que Raúl, abandonó el club de su vida rumbo a Turquía, donde ganó la Copa , el trofeo que le faltaba, con el Besiktas. Allí también fue ídolo sobre el césped y generó polémicas fuera de él. Las dos caras de la moneda. Futbolista genial e irrepetible, el ‘14' hizo cosas que será difícil volver a contemplar en un terreno de juego. Fuera de él cometió algún exceso y, como muchos jóvenes de su edad,  disfrutó como nadie la noche, algo que sigue haciendo, teniendo siempre en el corazón a su equipo. Como un buen madridista.