Luis Enrique tiene mareado y desconcertado al barcelonismo

El Infiltrado pone cada semana el dedo en la 'llaga' de la culerada





1. Luis Enrique ha hecho del Barça un equipo inestable


El Barça no ha repetido alineación en ninguna de las once jornadas disputadas de Liga. Ese es un dato objetivo que no admite discusión. A partir de ahí se abren dos teorías que lo expliquen: la primera apunta a que Luis Enrique apuesta por las rotaciones y los cambios de forma premeditada como método de trabajo; la segunda, que el técnico no ha encontrado aún su once ideal. O no lo tiene o no lo quiere.

 


Respuesta del Infiltrado: Pues sí, en cada partido el once del Barcelona es una "caja de sorpresas". Luis Enrique quiere parecerse tanto a Guardiola - sí, ese que este domingo pidió un voto de confianza para el asturiano- que le está copiando hasta la manía de innovar con los onces. El problema es que el fondo de 'armario' que tiene el asturiano no se parece ni por asomo al que tenía el catalán, por lo que los resultados empiezan a saltar a la vista. 'Lucho' quiere ir tan de 'guay' que en cada partido se esfuerza por buscar el once más inverosímil para dar que hablar y ver si, de paso, suena la flauta y por fin juegan a algo. Aunque de momento lo único que ha conseguido es hacer el ridículo en varios partidos, especialmente en Almería. El sábado no le quedó más remedio que recurrir a Luis Suárez tras dejar al uruguayo y a Neymar en el banquillo, por lo que demostró otra vez que lo suyo no es gestionar los vestuarios.

 


2. El barcelonismo busca 'líder'

Debe Luis Enrique asumir el papel que todos esperamos de él. Debe emerger el líder que presuponemos que es para volver a orientar al equipo. Es la hora del técnico. De la pizarra, de la libreta y del liderazgo. De tener las ideas claras y de trabajarlas. De hacer alineaciones coherentes. De devolver la confianza a jugadores que andan perdidos. Y de demostrar que el líder, como dijo él mismo, está en el banquillo.

 

Respuesta del Infiltrado: Se fueron Puyol y Guardiola y el Barcelona se ha dado cuenta de que está huérfano. Es cierto que tienen a Messi, pero el argentino más que un líder es un 'dictador'. El '10' culé tiene el poder absoluto sobre el campo, pero a la hora de la verdad no es la persona que necesitan sus compañeros para 'tirar del carro'. Por eso los medios barcelonistas piden que Luis Enrique sea el hombre que lleve la responsabilidad del equipo en todos los aspectos, pero la cuestión es que el asturiano no se ha ganado la confianza del vestuario para que los jugadores le vean así. Han intentado repetir la fórmula de Guardiola con él y se han dado cuenta de que sólo tienen a un entrenador cuyos logros más importantes en el banquillo han sido dirigir a la Roma y al Celta de Vigo.



3. El Barça no le hace un gol al arco iris


Las estadísticas suelen reflejar realidades parciales pero, a veces, también dibujan tendencias evidentes que merecen análisis. Tras haber disputado ya sus primeros 15 partidos oficiales, el Barça de Luis Enrique se ha convertido en el menos goleador desde la temporada 2007-2008.

 

Respuesta del Infiltrado: En efecto, este año el juego del Barcelona es tan pésimo que ya hasta les cuesta marcar gol. De poco les está sirviendo tener a tres de los mejores jugadores del mundo, porque luego o Luis Enrique no los pone o cuando están en el campo no les llegan balones en condiciones. La evidencia de los partidos dicta que este equipo tiene muchos problemas para generar ocasiones y que, cuando lo hacen, les falta la confianza necesaria para acertar con la portería rival. Por algo son el conjunto que más disparos a los palos han dado en la presente Liga. Y es que la suerte también hay que buscarla y ellos no es que la tienten mucho.


Luis Enrique

4. La culerada se consuela pensando que aún hay tiempo para arreglar el desaguisado


Estaremos todos de acuerdo en que las cosas no son cómo empiezan sino cómo acaban. Tanto Luis Enrique como Pep Guardiola, que ayer se dejó caer por Barcelona para ejercer su derecho a votar democráticamente, tienen razón: la Liga no se gana en noviembre. Ni en diciembre, ni en enero... La Liga es una carrera de fondo y nos precipitaremos todos si la damos por ganada o por perdida. Esto todavía tiene que dar muchas vueltas y vivir muchos vaivenes. El Real Madrid vivió su peor inicio de Liga en muchos años y ahora firma el mejor promedio goleador de su historia. El Barça parecía intratable, estuvo ocho partidos sin encajar un gol, y después se desinfló. Paciencia... Seguro que volverán los tiempos de euforia... y también de desánimo.

 

Respuesta del Infiltrado: Bien es cierto que estamos todavía en noviembre y que los títulos todavía están lejos de decidirse. Pero es una cuestión de sensaciones y ahí el Barcelona presenta un futuro negro. Una cosa es hablar de principios de temporada, como le sucedió al Real Madrid. Era una simple cuestión física. Pero en noviembre los equipos deben estar ya a buen nivel, pues han pasado tres meses desde el inicio de la competición. En cambio, el Barça se ha empezado a hundir, quizá porque el nivel entre los equipos se ha equilibrado más en estas semanas y la calidad ya no les es suficiente para ganar fácilmente los partidos. Por lo tanto su situación es para estar preocupados, pues el equipo da la sensación de no tener recursos para acabar su crisis. Todo ello sin olvidar que por la sanción que les ha impuesto la FIFA no podrán fichar hasta 2016. Así que se les va a hacer muy largo...

 


5. Neymar, otro que está más pendiente del espejo que del fútbol


El 'look' de Neymar a su llegada a Estambul, donde Brasil se enfrenta el miércoles a Turquía, ha levantado críticas entre la prensa brasileña. Y es que el delantero azulgrana apareció en el aeropuerto con chandal, cuando se requiere el uso de traje, y además con gorra y pendiente, dos de los complementos que Dunga ha aconsejado no llevar.

 

Respuesta del Infiltrado: Nadie duda de que Neymar es un gran jugador. Como Piqué. Pero los dos se parecen mucho en una cosa: les gusta distraerse con cosas que tienen poco que ver con el fútbol. El brasileño es el perfecto ejemplo de jugador disperso y más pendiente del espejo que del fútbol. En lugar de centrarse en lo verdaderamente importante prefiere dar la nota por su atuendo. Por lo que parece le importa bien poco las normas de cortesía que le han solicitado que cumpla en su selección, por lo que ha sido noticia en su país en las últimas horas por sus 'pintas' a su llegada a Turquía. Aunque su gran poblema no es desobedecer, sino que le dejen hacer lo que le da la gana. Como a Messi.