El fracaso de Ángel Di María

Una mala cabeza ha dejado a Di María fuera de un equipo que apunta a leyenda





Al ‘Fideo’ le costó mucho adaptarse al estilo de Ancelotti. En realidad, nunca ha llegó a ser feliz del todo, pese a que el técnico le dio miles de oportunidades. El fichaje de Bale le incomodó hasta tal punto que él mismo tenía decidido salir del equipo. Pero Ancelotti le convenció, prescindió de Özil y le dio confianza al argentino. Ni por esas, Di María seguía sin sentirse valorado. La ‘cartera’ le preocupaba más que otra cosa.

Pero las circunstancias de la temporada fueron dando giros hasta que Ancelotti consiguió encontrarle el hueco exacto que demandaba el ‘Fideo’. Primero fue la lesión de Khedira y después el excesivo riesgo de jugar con un solo mediocentro de trabajo, lo que hicieron que el italiano terminara por acoplar a Di María en el centro del campo.

Enero comenzaba de manera convulsa: el ‘Fideo’ se llevaba las manos a sus partes al ser silbado por el Bernabéu en un cambio; lejos de echarle contra la grada, Ancelotti volvió a defenderle, a pedir el apoyo del público y le volvió a reintegrar. Un nuevo gesto que Di María tampoco supo agradecer de manera conveniente…

El rendimiento deportivo de Di María fue mejorando con el paso de los encuentros. En la posición de interior zurdo, el ‘Fideo’ fue fundamental. Ancelotti encontró el equilibrio buscado gracias a su poderoso trabajo de ida y vuelta. Por fin, el ex del Benfica se encontraba realizado, al menos eso parecía.


El Madrid conquistaba la Décima y Di María era el hombre más feliz del mundo, pero detrás de esa sonrisa había un transfondo que seguía sin gustar en el club. El 'Fideo' quería más dinero y el Real Madrid no tardó en moverse. James era el gran objetivo. Una vez cerrado el fichaje del colombiano, vía libre al argentino.

Llegó el United, puso 80 millones encima de la mesa, y Florentino no dudó. El argentino llegó a Manchester y ya se estaba arrepintiendo nada más aterrizar en Inglaterra. Van Gaal le situó como interior, rindió en los primeros encuentros, pero con el paso de los días, se ha ido diluyendo. Todo por pensar con la 'cartera' en vez de con la cabeza. Las consecuencias son ya incorregibles. Se te pasó el 'tren', Fideo...