Messi inicia un motín contra Luis Enrique

El Infiltrado pone cada semana el dedo en la 'llaga' de la culerada





1. Aquellas aguas traen estos lodos...

Fue concretamente durante un partidillo de cinco contra cinco en el que Luis Enrique ejercía de árbitro. Messi, que quiere ganar siempre sea un encuentro oficial o una pachanga, no aceptó de buen grado una decisión del 'colegiado' que le perjudicaba. Y la discutió. Lo curioso del caso es que el 'pique' fue subiendo de tono, dado que ninguno daba su brazo a torcer. Un 'pique' habitual entre jugadores en las pachangas pero que esta vez tenía el componente diferencial que los que discutían acaloradamente eran el entrenador y el crack.

Respuesta del Infiltrado: Si ya se veía venir desde hace días. Messi no sintoniza con Luis Enrique. De hecho, de los últimos cuatro entrenadores que ha tenido el conjunto catalán parece que sólo Tito supo mimar al 'crack' culé. Con Guardiola no se podía ni ver, mientras que con el Tata la relación era más bien fría y distante a pesar de que su compatriota le permitía ahora todos los caprichos posibles. Y ahora con Luis Enrique la historia no es muy diferente, pues hasta en la prensa culé reconocen a estas alturas que el asturiano y el argentino no se llevan bien. El jugador acostumbra a ser bastante 'respondón' y por ahí no pasa el técnico, dispuesto a 'domar a la fiera'. Sin embargo, los últimos acontecimientos ocurridos hacen pensar que todo está derivando en un 'motín' interno donde sólo podrá haber un ganador.


2. La sospechosa desaparición de Messi


El Barça se ejercitó este lunes en el Mini Estadi en la clásica jornada de puertas abiertas de la víspera del día de Reyes. La jornada, festiva como siempre para los más pequeños, estuvo marcada por una ausencia clave, la de Leo Messi.

 

Respuesta del Infiltrado: ¡Qué casualidades tiene la vida! Debe ser que a Messi se le bajan las defensas cada vez que pierde el Barcelona, porque en los últimos años no han sido ni una ni dos ni tres las veces en las que el argentino ha pegado la 'espantada' en el entrenamiento del día después a una derrota. Por lo que parece el argentino tiene la costumbre de enfermar cuando a su equipo le vienen mal dadas, aunque este lunes con el agravante de que su baja coincidió con el día programado para que los socios culés vieran el entrenamiento de su equipo en directo en el Mini Estadi. Así que decenas de niños se quedaron con las ganas de disfrutar en directo de su jugador favorito, y todo por... ¿una incómoda gastroenteritis?


3. El grave problema del Barcelona


Esto pinta mal. Muy mal. Si a un equipo le puedes discutir su actitud, siempre te queda la esperanza de que la pueda recuperar. Pero jornada tras jornada comprobamos que el problema de este Barça no es de actitud. Es de fútbol. Y eso si que es preocupante.

 

Respuesta del Infiltrado: Han tardado en darse cuenta, pero ya empieza a abrir los ojos. Su equipo no ha jugado bien al fútbol en toda la temporada. Y aún así han logrado colocarse segundos en la Liga y en octavos de Champions porque tienen grandes individualidades en la plantilla. Pero no tienen muchos motivos más para alegrarse. Más bien todo lo contrario, pues cuanto más juega su equipo más problemas le encuentran. Las derrotas empiezan a llegar en cascada y ya ni las goleadas engañosas a equipos como el Granada o el Córdoba pueden tapar la realidad. El Barcelona se está desangrando. Aunque todavía hay algo peor para ellos: la cura a todos sus males -los fichajes- no podrá llegar hasta 2016.


Luis Enrique y Leo Messi


4. El imprescindible Montoya


A pesar de tener a Piqué en el banquillo y tras dejar a Bartra fuera de la lista para viajar a San Sebastián, Luis Enrique acabó recurriendo a Montoya como central de emergencia. Una situación inverosímil apenas unas semanas atrás, cuando el carrilero no contaba para el asturiano.

 

Respuesta del Infiltrado: Luis Enrique desquicia al Barcelona. Esta es la única interpretación que se puede hacer después de que el entrenador ahora haya empezado a contar con Montoya después de estar meses sin convocar al canterano. En Anoeta le dio por recurrir al jugador para colocarle en una posición que no es la suya, a pesar de que podía haber convocado a Bartra o puesto en el campo a Piqué. El técnico da la sensación de seguir dando 'palos de ciego' y de tomar cada día una decisión distinta en función del clima, el estado de la Bolsa o vete tú a saber qué ley no escrita. Y esto es algo que lógicamente está desconcertando a la prensa culé, por lo que en las últimas semanas ya no esconden sus dudas. La fractura cada vez es más evidente y Luis Enrique dentro de poco estará totalmente solo.


5. La cartera para decorar el banquillo


Un banquillo de lujo en Anoeta que suma, según transfermarkt, la friolera de 294 millones de euros, repartidos de la siguiente manera: Ter Stegen, 15 millones; Dani Alves, 12 millones; Gerard Piqué, 35 millones; Rakitic, 30 millones de euros; Rafinha, 12; Neymar, 70 millones; y Leo Messi, 120 millones de euros.

 

Respuesta del Infiltrado: Tantos 'cracks' y tanto fichaje para nada. A Luis Enrique le gusta rotar tanto que casi está haciendo que jueguen más los suplentes que los que deberían ser teóricos titulares. La apuesta que hizo en Anoeta tenía un gran riesgo, porque en caso de derrota se le echarían encima por haber prescindido en el partido de la mayoría de sus grandes estrellas. Fue todo un lujo que el equipo acabó pagando justo cuando podía recortarle distancias al Madrid, por lo que su error ha provocado aún más desgaste en su relación con el vestuario y la prensa. El asturiano no es Guardiola por mucho que intente parecerse a él, así que el barcelonismo ya ha empezado a pedirle coherencia. La cuestión es si será capaz de recuperarla en este situación de completo caos y de patéticos despropósitos que vive el club.


 

Un banquillo de lujo en Anoeta que suma, según transfermarkt, la friolera de 294 millones de euros, repartidos de la siguiente manera: Ter Stegen, 15 millones; Dani Alves, 12 millones; Gerard Piqué, 35 millones; Rakitic, 30 millones de euros; Rafinha, 12; Neymar, 70 millones; y Leo Messi, 120 millones de euros.