El 'impune' Messi: ¡cometió dos agresiones sin roja!

El argentino debió se mereció dos rojas y una amarilla, pero no acabó expulsado


Leo Messi debió ser expulsado ante el Atlético de Madrid




Como se podía esperar, el Atlétido de Madrid planteó un encuentro bronco y duro en el Camp Nou. Pero lo que pocos podían anticipar es que Messi se iba a llevar la palma como jugador más violento del partido. Las razones son claras: el '10' culé mereció ver 2 rojas directas y una amarilla durante el encuentro. El problema es que Undiano Mallenco sólo se atrevió a enseñarle una cartulina amarilla, por lo que el azulgrana terminó el partido tan tranquilo sobre el césped del estadio culé.

Pero hagamos un repaso de sus 'delitos'. El primero tuvo lugar en la primera parte. Tras recibir una dura patada de Jesús Gámez Messi se tomó cumplida venganza unos minutos después. En una carrera por la banda derecha el barcelonista soltó el brazo en la cara de Gámez sin ninguna necesidad. El futbolista atlético acusó el golpe y cayó al suelo inmediatamente ante la grave agresión que acababa de recibir. Sin embargo, el colegiado no hizo caso a las protestas y Messi se fue de la acción 'de rositas' y sin ningún tipo de reprimenda.

 


 

Posteriormente el futbolista sudamericano fue el artífice del segundo gol de los locales tras una buena arrancada en el centro del campo. El problema es que se llevó el esférico con la mano, por lo que obtuvo provecho de la jugada. Si Undiano hubiera estado acertado hubiera señalado la infracción y Messi se hubiera llevado una merecida amarilla. Pero una vez más se libró de la sanción y se fue al descanso con el 'expediente' disciplinario impoluto.

Messi se llevó el balón con la mano en el segundo gol Atlético

Por ello se tomó la segunda parte con calma y se permitió el lujo de poner en serio riesgo la integridad física de Moyá. En un balón dividido a falta de 10 minutos por el final el barcelonista levantó la bota a la altura de la cara del portero y en ningún momento intentó evitar el impacto. Sabía que podía golpear brutalmente a su rival con los tacos, pero no pareció importarle, pues no movió ni un ápice su pierna. Por suerte su pie sólo rozó al portero, pero nadie duda de que si el choque se hubiera producido un par de centímetros más hacia la izquierda quizá estaríamos hablando de una grave lesión de Moyá. De hecho la jugada fue tan clara que ya a Undiano no le quedó más remedio que mostrarle la amarilla. Aunque al jugador ya le daba un poco igual, pues el partido estaba casi acabado e iba a poder terminarlo sobre el campo a pesar de sus dos claras agresiones.

¿Se imaginan qué hubiera ocurrido si Cristiano Ronaldo hubiera protagonizado estas jugadas? Pero como fue Messi hoy muy pocos van a querer hablar de ello, pues lo que toca este lunes es hablar de su partidazo ante el Atlético de Madrid. Es lo que tiene ser un jugador 'impune' e 'intocable'...