Un partido loco lleno de errores arbitrales y piques entre jugadores, sobre todo entre Neymar y Raúl García, ha servido para que el Barcelona se haya metido en las semifinales de la Copa del Rey y haya dejado en la cuneta al Atlético de Madrid. Y eso que los de Simeone empataron el 1-0 que llevaban los culés del Camp Nou a los 40 segundos con un gol de Fernando Torres.
No se había terminado de sentar todo el mundo en el Vicente Calderón y Torres ya había igualado la eliminatoria, pero a los ocho minutos respondía Neymar para dar ventaja de nuevo a los culés. Sin embargo, desde ese momento el árbitro Gil Manzano comenzó a tomar protagonismo y se inventó un penalti de Mascherano sobre Juanfran porque la falta fue fuera del área. Raúl García no falló y dio vida a la eliminatoria otra vez.
Pero la locura se desató aún más cuando las peleas entre los jugadores con Neymar y Raúl García como protagonistas. Entre tanto lío, Miranda se metió un gol en propia puerta en un remate de Busquets y Gil Manzano no pitó penalti en una clara mano de Jordi Alba dentro del área. El colmo llegó solo unos segundos después ya que en la contra, el propio Alba daba el pase del tercero de los culés a Neymar justo antes del descanso.
Eso sí, si alguien pensaba que el paso por los vestuarios calmaría la situación se equivocó por mucho. Gabi fue expulsado, según parece por encararse con el árbitro, y nada más comenzar la segunda parte Arda Turan le lanzó su bota al asistente de banda por no pitar una falta recibida. No le llegó a dar y, aunque el árbitro le vio, solo le mostró tarjeta amarilla.
En cuanto al juego, en la segunda parte, apenas se vio, de hecho Mario Suárez acabó expulsado por doble amarilla. Un verdadero recital de Atlético y Barcelona de agresiones, juego sucio, chulerías y gestos de desprecio. Habrá que esperar si el Comité actúa de manera tajante y si se habla tanto de estas acciones como de otras en Córdoba con el ‘7' del Real Madrid como protagonista.
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