El luso está estos días especialmente sensible por toda la polémica generada por su cumpleaños tras la derrota en el Vicente Calderón, por lo que no se tomó a bien los gritos del público alemán y se reivindicó nada más anotar el primer gol del partido. Fue un simple gesto que no pasó a mayores y que la afición del Schalke no se tomó nada mal, pero que en la prensa culé intentaron magnificar tras el partido utilizando varios insultos para referirse a Cristiano Ronaldo.
"Gesto provocativo y chulesco de Cristiano al celebrar su gol al Schalke" tituló 'Mundo Deportivo' uno de sus artículos y en él describió la acción así: "CR7 puso las manos detrás de los oídos, como pidiendo explicaciones a quienes le estaban silbando en Gelsenkirchen y también a todos los que le había criticado por su polémica 'fiesta reggaeton'". Sin embargo, por suerte la hemeroteca está ahí para poner a todos en su sitio y lo cierto es que no hay que irse muy lejos para constatar el ridículo de este periódico, porque el pasado 28 de enero Neymar hizo una celebración muy similar en el Vicente Calderón que, por supuesto, no provocó ninguna reacción negativa en la prensa culé.
El brasileño se llevó la mano a una de sus orejas tras marcar el 2-3 definitivo en el partido de vuelta de la Copa del Rey. De hecho en ese partido fue uno de los grandes protagonistas tanto por su fútbol como por su lamentable comportamiento en el campo, pues protagonizó un feo incidente cuando se retiraba al descanso en los vestuarios tras enfrentarse con algunos jugadores del Atlético de Madrid.
Así, tras el choque Neymar justificó su gesto en Instagram asegurando que "nadie está obligado a gustar a nadie, pero hay una cosa que se llama respeto". A lo cual los medios barcelonistas no pusieron ni un 'pero' e incluso se podría interpretar que les pareció bien. Pero ahora sólo tres semanas después su criterio ha cambiado 'mágicamente' y ante lo que antes callaban - ya se sabe el dicho: 'el que calla otorga' - ahora insultan. Un doble rasero lamentable que sigue demostrando que la prensa culé tiene una ética de 'mercadillo'.
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